Hay futbolistas que pese a sus condiciones innatas para este deporte, tienen sus cabezas en otros asuntos. Y uno de esos casos es Jackson Martínez. El colombiano lo tenía todo para triunfar. Su olfato de gol y su físico le hacían ser un delantero completísimo para cualquier equipo.
En Oporto la rompió y su buen nivel le hizo ganarse el fichaje por el Atlético de Madrid. Pero todo cambió en ese momento. La climatización de Jackson Martínez a la capital española no se dio en ningún momento y ese delantero era sólo un fantasma de lo que hacía en Portugal la temporada pasada.
En una temporada con el Atlético de Madrid, el delantero colombiano tan sólo disputó 22 partidos, logrando anotar en tres ocasiones, con dos asistencias. Unos números que chocaban con las 32 dianas que había logrado Jackson Martínez en la temporada anterior con el Oporto.
Tras el equipo español, llegó la debacle. Guangzhou y Portimonense fueron sus siguientes destinos, antes de decidir colgar las botas para comenzar una nueva vida pegada a dios y al rap.
Siempre ligado a la religión, Jackson Martínez dejó el fútbol para vivir la vida como un cristiano. Pero además, su amor por la música y en particular por el rap, le hicieron cambiar por completo su vida, para convertirse en rapero cristiano.
Sus letras siempre le han catalogado como un músico comprometido con su pueblo. Su carrera musical se ha caracterizado por su dedicación a hacer música para Dios, además de lanzar críticas contra los gobernantes o para hablar de la falta de oportunidades que hay en su país.
Su última aparición fue en Tik Tok, en dónde se grabó cantando una canción de rap para despedir el año 2023. "Busco ser antónimo de sátrapas. Que quieren ser sinónimos de barrabas. Y que al descubrir lo que se pueden robar. No les importa cuantas vidas lleguen a dañar”, dice una de sus barras.
Un vídeo que ha hecho reaccionar a los aficionados, que han llenado los comentarios asegurando que ya le gustaría ser Jesé (Jay M).