La defensa de Dani Alves pidió ser el último en declarar. El brasileño está acusado de un presunto delito de agresión sexual por el que ya ha comparecido ante el juez. Una sesión que comenzó con el testimonio de los médicos forenses que atendieron a la víctima y los pertenecientes a la defensa del futbolista.
A lo largo de este año que lleva en prisión ha dado diferentes versiones y en todas ellas se ha declarado inocente del delito del que se le acusa. En la última añadió que su estado de embriaguez era tan elevado que no se acordaba de lo sucedido.
En esta línea han ido todos los testigos que su defensa ha llamado a declarar. Su amigos Bruno, el cocinero y la última en hacerlo ha sido Joana Sanz. La modelo era la primera vez que testificaba ante la justicia, pero en una entrevista en televisión dijo lo contrario.
Y en la misma dirección ha continuado el futbolista. "Quedé con mis amigos (tres) para irnos a comer a la Taberna del Clínic. Llegamos sobre las 14:30 horas. Al principio íbamos sólo a comer, pero hacía mucho tiempo que no nos veíamos y se largó hasta la una de la mañana. Pedimos cinco botellas de vino, una botella de whisky japonés", ha comenzado explicando.
"Bebí dos botellas de vino alguna copa de whisky. A la salida del restaurante fuimos al Nuba, estuvimos un rato tomando una ronda de gintonics. Cuando salimos de ahí recogimos el coche en el parkling, conducía Bruno porque yo había bebido bastante y no podía conducir", continua relatando.
"Después del Nuba fuimos al Sutton con Bruno. Llegamos sobre las 2:30 horas de la mañana. Me acompañaron hasta la mesa seis", detalla el futbolista.
Lo primero que hizo fue ir al baño, como ha comentado ante el juez. "Solamente hay un baño pegado a la mesa seis. Soy un cliente frecuente de Sutton y siempre que esa mesa está disponible y así no tengo que cruzar la discoteca para ir. La puerta estaba abierta".
En el reservado comenzaron a bailar y beber. Después, comenzó a entrar más gente en el reservado. "Primero vinieron dos chicas y estuvieron un rato ahí también bailando. Después es cuando se invitó a las tres chicas", explica refiriéndose a la víctima, su prima y su amiga. "No estaban incómodas, para nada. Llegaron, nos empezaron a saludar. Empezó una conversación, nos movíamos, hablamos unos con otros. Soy una persona muy cercana, pero con respeto".
Alves ha confesado que estuvo "bailando, interactuando" con la denunciante. "Estábamos ya más cercanos, empezó ella a bailar más pegada a mí, a rozar sus partes con la mía. Un baile típico de discoteca, perrear. Un baile un poco más pegado. Puso la mano para atrás y empezó a tocarme las partes", ha puntualizado.
Después, ha indagado en el momento en que accedieron al baño. "No tuve que insistir para que fuera al baño. Le avisé que yo iba primero al baño y me quedé un rato esperando, pensando que no iba a venir, que no quería. Y cuando abrí la puerta prácticamente me di con ella", ha detallado.
"Se puso de rodillas delante mío y ella empezó a hacerme una felación. Me bajé los pantalones y me senté en la taza del lavabo", ha anunciado el deportista acerca de los actos sexuales que practicaron dentro de los servicios antes de imitar la posición ante el tribunal, simulando que estaba "con la espalda pegada atrás".
"Después se sentó delante de mis piernas. La felación fue prácticamente todo el coito", proseguía. "No la abofeteé, ni la tiré al suelo. No soy un hombre violento", se defendía Alves.
El futbolista aseguró que la víctima no se negó en ningún momento a practicar sexo con él. "No me dijo que no quería practicar sexo. En ningún momento ella me dijo que no quería ni nada".
Tras los actos relatados por el futbolista, asegura que no volvió a ver a la denunciante y sus amigas y después ha hablado del alcohol que ingirió esa noche. "Cuando salí de la discoteca había bebido demasiado. Mi esposa estaba durmiendo en la cama y me dormí".
Ha roto a llorar y le han acercado un pañuelo para proseguir con su declaración. "Me llegó la noticia que me estaban acusando de violación por la prensa. Se me vino el mundo encima. Estaba prácticamente arruinado porque me habían bloqueado la cuenta en Brasil y me habían roto todos los contratos", reconoce entre lágrimas el acusado. "Me quedaban solo 50.000 euros", añade.
El motivo de utilizar el alcohol no sería otro que el de acogerse al atenuante para intentar reducir la pena en caso de que la haya. Un hecho que es difícil de demostrar más allá de las testificales.
Una vez que Dani Alves ha declarado, se han puesto encima de la mesa los informes periciales y las partes han alegado sus conclusiones finales, el juicio queda visto para sentencia. Una resolución que está prevista para que se produzca a finales del mes de febrero o principios de marzo. Una vez emitida la decisión del juez, las partes tendrán 20 días para recurrir.