Para el técnico sanluqueño, su llegada al Xerez es "un reto. La situación es difícil, pero por suerte o por desgracia no es nueva para mí. Es la tercera vez que estoy en esta situación. La situación es difícil, pero no es imposible y hay que intentarlo hasta el final. Si fuera imposible no estaría aquí. Mientras que haya posibilidades, y posibilidades hay, hay que intentarlo".
Ríos está convencido de que puede conseguirse la salvación. "Tengo una ilusión enorme y una fuerza mental grande para trasladarla a los jugadores. Lo tengo claro y me voy a dejar la piel, la sangre y lo que haga falta para salvar al equipo".