Un aficionado espontáneo saltó al campo durante el partido, con la camiseta de Cristiano, y fue a buscar a su ídolo, para abrazlo. El luso lo recibió con respeto y educación, hasta el punto de abrazarlo y escucharlo, e invitarle muy cordialmente a que abandonara el campo. Y así lo hizo. Sin violencia ni agresividad, dejó el terreno de juego y acompañado de la seguridad se marchó. Bonito gesto de Cristiano.