El Xerez aún no ha recibido el acta del partido ante el Pozoblanco y se teme lo peor. El colegiado Risueño Romero decidió marcharse del estadio Antonio Fernández Marchán sin entregar el documento a ambos equipos y lo debe hacer por correo. Se espera que llegue este martes y en el mismo quede explicado todo sobre la momentánea suspensión, la expulsión de Capi y... lo que quiera el propio árbitro.
Un partido que volverá a costarle caro a la entidad azulina también en lo económico, ya que lo más probable es que el juez único de Competición multe, sobre todo, por el incidente con el aficionado. Además, Figueroa también increpó a Risueño Romero tras el pitido final y, si es reconocido, podría recibir también una dura sanción.