Son muchos los acreedores que tiene el club que están esperando que el sevillano se decida a dar el paso y que solicite la liquidación para poder cobrar algo, aunque sea con mucho retraso. Ricardo no lo descarta, aunque está a la espera de conocer qué sucede con la famosa querella contra Tebas y con ese pleito abierto para recuperar la categoría de Segunda B.
Es una situación muy delicada porque, en cualquier caso, en un año y poco habrá que afrontar el pago del convenio con los acreedores, que quedó aplazado tras el descenso a Segunda B y parece un callejón sin salida.
En la Gestora son conscientes de ello y contemplan la posibilidad de socilitar un aplazamiento por jugar en categoría regional o demostrar que las condiciones objetivas del mismo han variado sustancialmente por lo sucedido el verano pasado con lo que se entiende como una actuación irregular de la LFP y de la AFE.