Paul Pogba vivió este martes en Erevan (Armenia) una situación insólita en un partido de fútbol. Una vez que acabó el amistoso (Francia está clasificada para la Eurocopa de 2016 por ser anfitriona), un joven aficionado saltó al terreno de juego para pedirle, esto sí es común, la camiseta.
El francés rechazó la propuesta del chaval por haberse comprometido ya con un rival, pero lo que nunca esperaría fueron las calabazas que recibió al ofrecerle sus calzonas. El mediocentro de la Juventus, que fabricó un jugadón y un penalti durante el partido, se tomó de forma irónica la negativa del niño y se aseguró llegar a los vestuarios con algo de ropa encima.