El partido más disparatado probablemente de la historia del fútbol se ha vivido en el Grupo III de Primera autonómica de Galicia, con siete rojas, un descuento eterno y un control de alcoholemia.
El encuentro era entre el Lemos y el Outeiro en la ciudad de lucense de Monforte, todo comenzó con normalidad hasta que el árbitro no paró de sacar cartulina roja a cuatro de los jugadores locales, al entrenador, al segundo entrenador y al delegado de campo, llegando hasta siete.
Debido a estas expulsiones el colegiado del partido, Juan Fernando Salgado Paz, dejó un descuento que parecía una prórroga, hasta el minuto 113 se estuvo disputando el encuentro con un resultado de 1-2, pero no se dio el pitido final.
Una vez que se suspendió el partido con los 13 minutos de descuento, sin acta y con dos versiones muy distintas, el presidente del Lemos, Antonio Pérez, fue a la Comisaría de Policía para pedir un control de alcoholemia al árbitro.
Un partido de lo más surrealista que nunca llegó a terminar y está pendiente de reanudarse de la forma más civilizada posible.