Un 25 de diciembre, un día de Navidad tal como este, pero de hace 100 años, se produjo una de las historias más conmovedoras de la historia, uno de esos momentos que da oportunidad al ser humano a reconciliarse consigo mismo. Y en esa historia estuvo también presente el fútbol como vehículo entre las personas, incluso entre las naciones.
Era un 25 de diciembre de 1914 frío y hostil y la Primera Guerra Mundial, la Gran Guerra, se desarrollaba en Europa. En algunos puntos del frente oriental acordaron 'alto el fuego' durante la noche de Nochebuena. A partir de ahí, en algunos puntos de las trincheras de los contendientes, sucedió algo inolvidable entre soldados alemanes e ingleses, enfrentados en la batalla, hermanados por unas horas.
A la medianoche, la mayoría de las tropas alemanas que participaban de la Primera Guerra Mundial dejaron de disparar sus cañones y fusiles y comenzaron a cantar villancicos. Fueron más allá, al amanecer, los alemanes salieron de sus trincheras y se aproximaron a las líneas enemigas, los aliados, al son de 'Feliz Navidad'. Pero no un Feliz Navidad cualquiera, sino en las lenguas de sus enemigos.
Al principio, los soldados aliados temían que fuera una trampa, pero los alemanes no portaban armas. Más confiados, salieron también los aliados, principalmente ingleses, de sus trincheras. Estrecharon sus manos, cantaron villancicos y fumaron juntos e incluso, dos grupos de soldados de bandos enemigos se enfrentaron en un partido de fútbol.
En esta tregua también futbolera, los compañeros de los caídos también aprovecharon para recoger sus cuerpos.
Sobre el partido de fútbol, que ganaron los alemanes a los ingleses 3-2, el profesor francés Cazals deja claro en el Periódico de Catalunya, que "no fue precisamente un Barça-PSG". "Los postes los hicieron con montones de ropa y el terreno de juego era la tierra de nadie, llena de socavones dejados por las explosiones. Los soldados británicos siempre llevan consigo una pelota de fútbol", comenta.