En la Liga Brasileña, el colegiado tuvo que detener un partido debido a la irrupción de un perro en el terreno de juego. El animal caminó a sus anchas sin que nadie hiciera nada para llevárselo del campo.
Hasta que apareció el protagonista, con el dorsal número 11, el único que se atrevió a coger al perro entre sus brazos y llevarlo hasta la banda.
En qué momento pensó hacer eso ya que el animal le propinó un mordisco en el brazo. Este hecho no importó al futbolista que minutos después protagonizó un golazo por toda la escuadra.
El gol fue una obra de arte que comenzó con un pase al protagonista del video. Este recogió el balón en la frontal del área y se internó en el área un metro para colocar el balón a la escuadra del palo largo sin que el portero pudiera hacer nada.
Ese gol significó la victoria para su equipo y otro añadido a un partido que el jugador brasileño no podrá olvidar jamás.