La Asociación del Fútbol Sudafricano (SAFA) negó que las autoridades del país sobornaran a directivos de la FIFA para conseguir que Sudáfrica fuera elegida sede del Mundial de 2010.
"Reafirmamos que llevamos a cabo todo el proceso con integridad. Las acusaciones se demostrarán falsas", dijo a EFE por teléfono el portavoz de la SAFA, Dominic Chimhavi.
La reacción de la SAFA se produce después de que una investigación del FBI revelara que el Gobierno sudafricano prometió 10 millones de euros al entonces vicepresidente de la FIFA, Jack Warner, y a otros dos altos cargo de este organismo a cambio de que votaran por Sudáfrica para organizar el Mundial.
El portavoz de la SAFA reivindicó también la limpieza de la candidatura de Sudáfrica para albergar la Copa del Mundo de 2006, que finalmente se jugó en Alemania, y aseguró que fue el prestigio de personalidades como Nelson Mandela y Desmond Tutu lo que llevó la siguiente edición al país austral.
"Poner bajo sospecha a personalidades de tanta integridad es muy decepcionante", agregó Chimhavi, que recordó asimismo que Sudáfrica tenía el apoyo de todo el continente africano.
Sudáfrica se impuso en 2004 a Marruecos por 14 votos a 10 en la votación final para la elección del país organizador del Mundial de 2010.
Tanto la oposición como diversos sectores de la sociedad civil han pedido explicaciones al Gobierno sobre el escándalo, que empaña la imagen del éxito de la Copa del Mundo de 2010, que es considerada uno de los hitos de la historia de Sudáfrica.
El voto de Warner y de los otros dos altos cargos supuestamente sobornados -que según el FBI debían recibir de Warner una parte menor de los 10 millones de dólares pagados por Sudáfrica- fueron decisivos para el resultado.
Siempre según la investigación, el pago se realizó descontando cantidades de uno de los envíos de dinero que la FIFA hizo a Sudáfrica para financiar la organización del torneo, al no poder el Gobierno del país austral utilizar directamente dinero público para el soborno.
Warner y otros 13 dirigentes de la FIFA y de empresas colaboradoras de esta institución fueron detenidos ayer en Suiza y otras partes del mundo y podrían ser extraditados a Estados Unidos.