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Iván Hdez: Muerte de Preciado,lo peor; lo mejor: ascensos y ganar en Bernabeu

El central madrileño Iván Hernández abandona esta temporada el Real Sporting de Gijón, como capitán y tras haber protagonizado los dos últimos ascensos a Primera División del equipo, el último de ellos el pasado domingo, en Sevilla.Adrian R. Huber
En una entrevista telefónica con la Agencia Efe, después de haber festejado junto a sus compañeros, Iván Hernández comentó diversos aspectos de la sensacional temporada que culminó el equipo dirigido por Abelardo Fernández.
 
Pregunta: ¿Cómo vivió esos minutos de auténtica locura en Sevilla cuando se consumó el ascenso, el pasado domingo?
Respuesta: Es difícil explicarlo. Hay que vivirlo y sentirlo. Yo había calentado, pero no entré, al final. El 'míster' había hecho el último cambio y me quedé fuera del banquillo. 'Lobe' (Diego Lobelle, masajista) y Alberto (el portero reserva) tenían una radio cada uno.
Pero cuando el árbitro pita el final, te saludas con la gente, felicitas a los del Betis por su ascenso y, la verdad, es que de lo que estábamos pendientes era del Zaragoza y la Ponferradina, para ver quién nos tocaba en el 'play off'.
Luego oyes el gol del Lugo, ves a toda nuestra gente celebrándolo... en principio no me lo creía, porque ya me había pasado algo parecido en el anterior ascenso, en Castellón (donde perdió el Sporting, pero donde al final, dos goles del Alavés contra la Real Sociedad, lo colocaban con opciones de subir, algo que lograría una semana después). Del gol anulado al Girona casi no nos enteramos. Unos te decían unas cosas; otros, otras. Luego celebras que has ascendido y finalmente te dicen que en Girona tienen que jugar 40 segundos. Ahí pasas de la alegría al bajón... cogí un auricular, no sé de quién. Y ya seguí todo por radio. Cuando acabó fue tremendo. Es difícil de explicar, como te dije. Hay que vivirlo.
P: Ocho años en el Sporting que se cierran de la mejor manera.
R: Sí. No hay mejor manera de cerrar estos años que habiendo dejado al equipo en Primera. Te quitas la espina del descenso, porque si te vas con el Sporting en Segunda, te queda algo.
Por suerte se consiguió, pero no sin trabajo. Hubo muchos problemas, éramos el único equipo que no pudo firmar a nadie, con seis o siete jugadores que no habían jugado nunca en Segunda, sin saber cómo se iban a adaptar. Este ascenso tuvo muchísimo mérito.
P: Vivió ambos. Compare este ascenso al de 2008, por favor.
R: Fueron diferentes. El anterior ascendimos en casa, con el campo lleno. Luego estábamos todos en el vestuario y nos hacían salir, de uno en uno. Fue muy chulo. Éste fue fuera, pero cuando llegas y ves a toda esa gente en el aeropuerto... Fueron diferentes, no hubo uno mejor que el otro. Ambos dieron grandes alegrías. A nosotros y a toda esta gente, que es increíble.
P: El Iván de 2008 tampoco es el mismo, ¿no? Entonces jugó mucho y ahora poco, pero acabó siendo uno de los jefes. O 'padres'...
R: No. En el primer ascenso participé mucho, creo que jugué 38 partidos. Y en éste, cero minutos (ríe). Pero en éste intenté ayudar todo lo que pude desde mi experiencia. En ningún momento me sentí 'padre', ni nada parecido, que para eso ya está el entrenador.
De aquella, tenía 28 años; y ahora, 35. El equipo es diferente, porque en aquél llegaron jugadores que ya habían jugado en Segunda y algunos incluso en Primera; en éste, muchos no conocían la categoría. Lo que tienen en común ambos es que engancharon a la afición.
P: Coincidió con dos de los entrenadores más carismáticos de la historia del club: Manolo Preciado y Abelardo. ¿Qué puede decir?
R: Manolo, si tenía algo especial, era la manera de concebir la vida en sí. Sobre todo, después de todo lo que le había pasado. Tú estabas en tensión y él sabía relativizar las cosas.
Con el Pitu, seguramente porque jugué menos y estaba sacándome el título de entrenador, me fijé más en aspectos técnicos y en la gestión del vestuario. Aparte de sacar un once u otro, hay que saber gestionar bien el vestuario durante toda la temporada. Por eso el Sporting acabó arriba.
P: ¿Cuál fue su peor momento en el Sporting?
R: Sin duda, la muerte de Manolo (Preciado). Para todos los que lo conocíamos, e incluso para los que no, fue un palo muy duro.
Deportivamente, también lo fue el descenso. Y el primer año en Segunda tampoco fue bueno. Mucha gente nos gritaba...
P: ¿Y el mejor?
R: Los mejores fueron los dos ascensos y ganar en el Bernabeu (0-1, el 2 de abril de 2011, al Madrid de Mourinho). Aunque también hubo partidos muy intensos en Primera, como alguno contra el Sevilla, de los que guardo muy buen recuerdo.

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