Dziuba, autor de cuatro goles ante Liechtenstein, un viejo conocido de Emery
El delantero ruso Artiom Dziuba, autor ayer de cuatro goles contra Liechtenstein, es un viejo conocido del técnico del Sevilla, Unai Emery, con el que tuvo sus más y sus menos cuando el vasco dirigía al Spartak Moscú."¡Que hable nuestro entrenadorcillo!", dijo Dziuba a la prensa poco antes de que la directiva del Spartak destituyera a Emery tras perder (1-5) ante el Dinamo Moscú en 2012.
Posteriormente, cuando Emery condujo al Sevilla a la final de la Liga Europa en 2014, el futbolista ruso se desdijo de sus palabras.
"Es un buen entrenador. No diría que es fantástico, pero sí bueno. La frase me salió del alma. Simplemente que él no se comportó como yo esperaba. Después de la derrota ante el Dinamo actuó como si no hubiera pasado nada", comentó.
Con Emery en el banquillo, Dziuba arrancó de titular aquella temporada, pero la falta de acierto ante la portería le condenó al banquillo.
Su carácter díscolo le ha jugado malas pasadas al delantero internacional, que fue cedido en varias ocasiones por el Spartak Moscú a equipos de menor nivel (Tom y Rostov).
Tras completar el pasado año una buena temporada en el Spartak, Dziuba se negó a renovar con el equipo moscovita y fichó por el enemigo acérrimo, el Zenit, el campeón de liga.
Aunque el italiano Fabio Capello contó con él, ha sido el nuevo seleccionador ruso, Leonid Slutski, quien le ha dado la titularidad en los dos últimos partidos de la fase de clasificación para la Eurocopa.
Slutski no ha dudado en colocarlo como delantero centro nato y retrasar la posición del favorito de Capello, Alexandr Kokorin, un jugador de talento, pero que tiene dificultades para marcar goles.
Y Dziuba ha respondido a la confianza con el gol de la victoria ante Suecia (1-0) y una espléndida exhibición ante la débil Liechtenstein (0-7), partido en el que marcó cuatro tantos, participó en un quinto y provocó un penalti.
"Le pedí perdón al portero y le dije que no se enfade: 'No eres tú el culpable. La defensa tampoco te ayudó'", dijo anoche Dziuba en el túnel de vestuarios.
Dziuba, de 27 años y padre ucraniano, es un corpulento delantero de 1,96 metros, pero no exento de técnica, que jugó en las selecciones inferiores, aunque explotó más tarde de lo que se esperaba.
Tras la derrota ayer de Suecia ante Austria en Estocolmo, Rusia sólo tiene que ganar los dos partidos que le faltan en Moldavia y en casa ante Montenegro para clasificarse directamente para la Eurocopa de Francia como segundo clasificado del Grupo G.