La federación inglesa de fútbol (FA, por sus siglas en inglés) impuso un partido de suspensión y una multa de 40.000 libras (54.400 euros) al entrenador del Chelsea, el portugués José Mourinho, por protestar al árbitro en el partido ante el West Ham del 24 de octubre.
El técnico luso fue expulsado durante el descanso de ese encuentro, que los "blues" perdieron por 2-1, tras una primera parte en la que el colegiado Jonathan Moss había mostrado tarjeta roja al serbio Nemanja Matic y anulado un gol a Cesc Fàbregas.
Mourinho, en la cuerda floja por los malos resultados que está cosechando su equipo esta temporada, tendrá que cumplir la sanción "con efecto inmediato".
El portugués no se podrá sentar por lo tanto en el banquillo del Chelsea el próximo sábado para dirigir al equipo ante el Stoke, un duelo que puede ser crucial para su futuro.
Tras once partidos de liga, el equipo londinense ocupa la decimoquinta posición en la Premier League con 11 puntos, a cuatro del descenso y 14 por debajo del líder, el Manchester City.