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Ingleses y españoles conviven en armonía en las calles de Alicante

Las aficiones de España e Inglaterra han dado un ejemplo de convivencia durante este viernes en Alicante, donde se enfrentan sus selecciones de fútbol en un amistoso de preparación para la Eurocopa de 2016.Santiago Gras
Los miles de seguidores ingleses desplazados a Alicante para asistir al partido dieron colorido a la jornada prácticamente desde primera hora, aunque fue conforme se acercó el partido cuando las calles empezaron a coger color.
Los aledaños del estadio Rico Pérez se convirtieron en un hervidero de aficionados españoles e ingleses, ataviados con todo tipo de distintivos: bufandas, banderas, pinturas, gorros y más de una cerveza en la mano.
La jornada transcurrió sin incidentes destacados. Más bien todo lo contrario, la convivencia fue máxima. En los bares cercanos al Rico Pérez conversaban como colegas de toda la vida, se hacían fotos y compartían bebida.
La gran diferencia era el nivel de alcohol en sangre de unos y otros. Los británicos esperaron hasta última hora para acceder al estadio, apurando sus bebidas y con continuos cánticos.
Para los españoles la principal atracción en los prolegómenos fueron los propios ingleses. Los británicos viven el fútbol de una forma apasionada que en España es difícil de ver. Son un espectáculo en sí mismos.
Cuando sonó el 'God save the Queen', todas las miradas de admiración y cámaras enfocaron el Fondo Sur, desde donde los seguidores 'Pross' entonaron su himno como si fuera lo último que iban a hacer en sus vidas.
Muchos seguidores se aprovecharon de la numerosa colonia inglesa sin entrada. Las localidades llegaron a triplicar su precio y los británicos lo pagaban.
Los españoles contemplaban todo a su alrededor: un vendedor africano con una pancarta que rezaba 'España me da de comer, España no es racista', un legionario, cabra incluida, al grito de 'Gibraltar español'...
Y luego llegó la hora de animar a España desde la grada. No a toda por igual. Gerard Piqué, como se ha convertido en costumbre, compartió los aplausos con más de una sonora pitada.

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