Adenor Bacchi 'Tite', considerado en el último lustro como el mejor entrenador de Brasil, se reinventó siguiendo las directrices de Carlo Ancelotti y con esas tácticas llevó hoy al Corinthians a ser un campeón con cifras de récord.Manuel Pérez Bella
El contacto de Tite con Ancelotti fue un breve intercambio realizado a comienzos de 2014, durante el año sabático que se tomó el brasileño y que le sirvió para empaparse de las estrategias y del estilo del entonces entrenador del Real Madrid.
Tite asegura que gracias a ese contacto aprendió a ser "más directo" con sus jugadores, "más preciso" en la preparación de los partidos y a hacer jugar su equipo con el estilo más rápido e intenso que se practica en las principales ligas europeas.
El resultado práctico fue una sacudida a los rancios manuales de estilo que usan la mayoría de los entrenadores en Brasil, lo que ha tenido un efecto notable en el juego de su equipo.
En los entrenamientos, por ejemplo, eliminó los tradicionales "rachões", como se llama en Brasil a los partidillos distendidos que se realizan hasta en las preparaciones de la selección brasileña y que sustituyó por el ejercicio de jugadas concretas teniendo en cuenta las estrategias de su próximo rival.
En el campo se ha visto a un equipo de perfil moderno, que presiona en todos los sectores cuando no tiene el balón y que es rápido al contraataque, unas características con las que se ha comido a la mayoría de sus rivales.
Desde sus inicios, Tite seguía el libreto defensivo de su paisano Luiz Felipe Scolari, quien le abrió las puertas del Caxias do Sul, un club del sur de Brasil, cuando ambos eran jugadores.
Tite siempre se preció por ser un entrenador competitivo, que construía sus equipos desde atrás hacia adelante y que se preocupaba ante todo por mantener su portería imbatida.
En su anterior paso por el Corinthians, entre 2010 y 2013, el equipo era el campeón de la austeridad, el rey del 1-0.
Ahora ha mantenido ese aspecto para añadir toque, inteligencia para mantener el balón cuando es necesario e intensidad constante.
Así, acabó el campeonato con la mejor defensa (26 goles encajados en 35 partidos) y el ataque más productivo, con 63 tantos.
Los marcadores más habituales en los partidos del Corinthians de 2015 fueron las victorias por tres goles o más de diferencia.
El técnico de 54 años ha demostrado su valía haciendo que el juego en equipo compensara la marcha a mitad de campaña de dos de sus mejores atacantes: el peruano Paolo Guerrero y Emerson.
También demostró carácter y no le tembló la mano para sentar a jugadores que tenían el cartel de indiscutibles pero que sufrieron un bajón de rendimiento, como fue el caso de Ralf y antes el de Chicão, el capitán del equipo en 2011.
Tite ha demostrado además ser uno de los pocos entrenadores de Brasil que son capaces de adaptar sus esquemas tácticos a los jugadores que tienen y a los cambios de tendencias en el fútbol.
En el Corinthians ha preferido un dibujo 4-1-4-1, pero en el pasado cosechó títulos con variados esquemas, como el 3-5-2 con el que ganó la Copa de Brasil de 2001 con el Gremio, su primer club grande, o el 4-4-2 con el que llevó al Internacional a alzar la Copa Sudamericana de 2008.
Con el éxito de hoy, Tite se afianzó como el técnico más laureado de la historia del Corinthians, con dos ligas (2011 y 2015), la Copa Libertadores y el Mundial de Clubes de 2012, la Recopa Sudamericana de 2013 y el Campeonato Paulista del mismo año.
Seco en su trato con la prensa y paternal con sus jugadores, Tite busca siempre identificarse con la afición de los equipos que entrena a través de su indumentaria.
Ahora acostumbra a vestir elegantes camisas blancas o negras durante los partidos, siempre abotonadas hasta el puño y muchas veces bajo una chaqueta negra, mientras que el rojo era su color preferido en las dos temporadas (2008-09) que pasó al frente del Internacional, el equipo 'colorado' de Porto Alegre.
Algunos dicen que su sastre se ha comprado rollos de tela amarilla, por si acaso queda vacante el banquillo de la selección brasileña.