Más de 66.000 aficionados contemplaron este domingo en el estadio de Yokohama como el Barcelona cerraba el círculo en un año de ensueño, el que devolvió al cuadro español el dominio del fútbol universal y le consolidó como referencia futbolística en el siglo XXI.
Santiago Aparicio
Japón coronó al conjunto azulgrana como campeón del mundo. El reconocimiento final de un 2015 plagado de éxitos. Con Luis Enrique al mando y un tridente espectacular, el formado por Leo Messi, Luis Suárez y Neymar, plasmó una superioridad incuestionable.
Indiscutible fue la rúbrica en Yokohama ante el River Plate. Venció por 3-0 al campeón sudamericano para sumar su tercer Mundial de Clubes. Una corona que juntó a las de la Liga y la Copa españolas y la Liga de Campeones y Supercopa europeas. Sólo se le escapó la Supercopa ante el Athletic Bilbao.
El tercer Mundial de Clubes completó una década de ensueño para el Barcelona. Con veintiséis éxitos acumulados. Desde el 2005, el club azulgrana hizo hueco en sus vitrinas para acomodar las cuatro Ligas de Campeones, los tres Mundiales de Clubes, las tres Supercopas de Europa, siete Ligas, seis Supercopas de España y tres Copas del Rey.
La plantilla de Luis Enrique celebró a lo grande su nuevo triunfo al margen de los ecos por la destitución de Jose Mourinho como preparador del Chelsea. El cese del técnico luso, uno de los hombres más mediáticos del mundo del fútbol, agitó por unos días la actualidad deportiva del Viejo Continente y disparó las cábalas y especulaciones.
Mourinho, que meses atrás triunfó con el Chelsea en la Premier, cumplió un papel decepcionante en la Liga de Campeones. Cayó en octavos, ante el Paris Saint Germain que, dominador absoluto en Francia, se quedó a medio camino también en Europa.
Fue el Barcelona el que levantó, en el Estadio Olímpico de Berlín, su quinta Copa de Europa, tras derrotar al Juventus italiano (1-3) el 6 de junio. Lo hizo en una sufrida final que parecía tener controlada, que se le complicó en la segunda mitad y que resolvió, una vez más, gracias al talento de su tridente atacante, formado por Messi, Neymar y Luis Suárez, que echaron el cierre al curso 2014-2015 con 122 goles.
Era el tercer éxito del conjunto azulgrana, que por segunda vez en su historia sumó un triplete de éxitos. Había añadido la Champions a la Liga y Copa española para retomar el dominio que estableció con Pep Guardiola y que se estancó con el preparador argentino, ahora seleccionador, Gerardo Martino.
El Barcelona, además, subrayó la buena salud del fútbol español, que una semana antes había festejado un nuevo éxito internacional del Sevilla, campeón de la Liga Europa.
El cuadro hispalense, con un gol del polaco Krychowiak y dos del colombiano Carlos Bacca, revalidó su título en esta competición al ganar 2-3 al Dnipro ucraniano en Varsovia, con lo que alcanzó de nuevo la gloria en su cuarta final e hizo historia al ser el primer equipo que logra cuatro títulos de este torneo.
Meses después, a la vuelta de verano, Barcelona y Sevilla se citaron en Tiflis para poner en juego la Supercopa europea. A pesar del escaso rodaje ambos brindaron un duelo espectacular que terminó con la copa en manos azulgranas gracias a un gol de Pedro en la prórroga.
El Barcelona respiró. Dispuso de una ventaja de 4-1 en el marcador que el Sevilla igualó para forzar el tiempo extra. Al final, el tanto del actual jugador del Chelsea dio el trofeo al conjunto de Luis Enrique por 5-4.
Para entonces, al otro lado del océano, el River Plate ya se había consagrado campeón de la Copa Libertadores de América por tercera vez en su historia tras derrotar por 3-0 a Tigres de México en la segunda final del certamen continental.
Con los tantos de Lucas Alario, Carlos Sánchez, de penalti y Ramiro Funes Mori, el conjunto argentino sentenció ante un estadio Monumental completo, una serie final que había terminado con marcador en blanco una semana atrás, en el partido de ida disputado en Monterrey.
Para el equipo 'millonario' este título significó su tercera corona de América, tras las obtenidas en 1986 y 1996 y que puso fin a una sequía de 19 años sin conseguir este torneo.
River sumó su cuarto festejo en 18 meses tras los logros 2014: un título local después de seis años y una copa internacional, la Copa Sudamericana, tras 17 años sin festejar fuera de los límites de la Argentina, que se suma a la Recopa Sudamericana obtenida en este 2015.
Además, el conjunto que dirige Marcelo Gallardo se transformó en el equipo que más rápido ganó una Libertadores tras un descenso, ya que apenas pasaron 1482 días desde aquel 26 de junio de 2011, cuando sufrió su única caída a la segunda división en 114 años de vida.
Por su parte, el colombiano Independiente Santa Fe alcanzó por primera vez en su historia el título de campeón de la Copa Sudamericana tras derrotar en los penaltis por 3-1 al Huracán argentino en el partido que se disputó en el estadio El Campín de Bogotá.
Tras el empate 0-0 en ambos partidos de la final, el encuentro en Bogotá debió irse a la prórroga de 30 minutos y finalmente a los penaltis. Con este triunfo Santa Fe obtuvo el derecho de disputar la Recopa Sudamericana ante el campeón de la Copa Libertadores, River Plate de Argentina y la Copa Suruga Bank con el campeón del Japón, además de asegurar una plaza en la Sudamericana y en la Libertadores de 2016.
Después de 74 años de historia profesional el club colombiano Independiente Santa Fe logró inscribir su nombre como campeón de un torneo internacional,
A nivel de selecciones el 2015 fue año de Copa América y de Copa África. Chile y Costa de Marfil disfrutaron del éxito en cada uno de los torneos.
El combinado chileno consiguió la primera Copa América de su historia al derrotar a Argentina en los penaltis, después de empatar a cero en los noventa minutos reglamentados y la prórroga, en un choque colosal y de alta intensidad.
El lanzamiento de Alexis Sánchez le dio el triunfo a la Roja después de que Gonzalo Higuaín y Éver Banega fallaran sus tiros desde los once metros.
Chile se coronó en su casa frente a miles de hinchas enfervorizados y puso fin a una sequía de títulos que se alargó por casi un siglo en el torneo de selecciones más antiguo del mundo.
También los once metros definieron al mejor combinado africano. Un épica tanda de penaltis, que necesitó veintidós lanzamientos y que erigió en héroe al portero Boubacar Barry Copa, autor de la última parada y del último gol en los tiros, coronó a Costa de Marfil, por segunda vez en su historia, en campeón de la Copa de África.
El conjunto marfileño, que disfruta de una transición de jugadores pero que aún se sostiene en futbolistas que marcan el paso en alguno de los relevantes clubes del Viejo Continente, salió airoso de su duelo ante Ghana, que puso más durante el tiempo de juego pero al que los once metros le dieron la espalda.