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El libro del centenario repasa un siglo de éxitos y sinsabores del Real Unión

Logros históricos, entre ellos la consecución de tres Campeonatos de España, conviven con episodios dolorosos, como el descenso a Tercera División, en el libro del centenario del Real Unión de Irun, uno de los clubes fundadores de la Liga, cuyo primer siglo de vida resume ahora Carlos Fernández de Casadevante en un volumen de 544 páginas y más de 800 fotos.Carlos López
El autor, presidente del Real Unión Club de Irun entre 1991 y 1998 y catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Universidad Rey Juan Carlos, repasa en este libro (editado por él mismo con la ayuda del también expresidente unionista José Antonio Zabala y las empresas Opel Yarza y Decoexsa) los momentos más gloriosos de la entidad surgida en mayo de 1915 de la fusión de dos equipos de la localidad guipuzcoana: el Sporting Club y el Racing Club.
Una unión que, como recuerda Fernández de Casadevante, fue "promovida y alentada" por el monarca Alfonso XIII y distinguida con el título de "real", para "poner fin a una rivalidad que iba más allá del terreno deportivo y que se trasladaba a las relaciones familiares y sociales" de una población que, por aquel entonces, rondaba los 10.000 habitantes.
La localidad fronteriza, "pese a su reducido tamaño, comenzaba a despuntar y a deslumbrar por entonces mediante la práctica de este deporte recién introducido en España", aunque lo hizo igualmente en otras disciplinas como el ciclismo y el atletismo, secciones que también integraban el Real Unión, recuerda el autor.
La centenaria andadura de la entidad blanquinegra no pudo tener mejor inicio, ya que el 29 de junio de 1915 derrotó a su "eterno rival", la Real Sociedad de San Sebastián (6-1) en el Campo de Amute de la vecina Hondarribia, villa que, en un guiño al pasado, ha acogido hoy la presentación del libro del centenario con la asistencia del ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, y del director del diario Marca, Óscar Campillo.
A partir de aquel momento, se inició una trayectoria "gloriosa" que muy pocos clubes de fútbol pueden presentar, incluso en la actualidad, ya que el Real Unión cuenta en su palmarés con tres Campeonatos de España (1918, 1924 y 1927) y un subcampeonato (1929) de la misma competición, además de otros muchos logros concentrados principalmente en la primera mitad del siglo XX, cuando el club de Irun se codeó con otros históricos como el Real Madrid, el Fútbol Club Barcelona o el Athletic Club.
Una Copa de la Infanta Isabel (1916), una histórica victoria (4-0) ante el Boca Juniors, lograda durante la gira española del equipo argentino, tres Campeonatos del Torneo Internacional de París (1920, 1922 y 1923) y una Corbata Nacional del Mérito Deportivo (1925) son otras de las distinciones del club, cuyo mérito más reciente tuvo lugar el año pasado al proclamarse Campeón de España de la Copa RFEF (2015).
Las numerosas anécdotas ocurridas durante estos cien años de historia también tienen cabida en el libro de Casadevante que recuerda, entre otras curiosidades, cómo el Real Unión fue agasajado con una bandera de la Confederación Helvética por la esposa del presidente de Suiza, quien la remitió al club después de que uno de sus jugadores fuera su pareja de baile durante una recepción ofrecida con motivo de la gira que el equipo hizo por el país centroeuropeo en 1925.
El libro del centenario no rehuye los malos momentos superados por el Real Unión y que tuvo que afrontar cuando el profesionalismo del fútbol comenzó a mermar su potencial deportivo después de que, entre 1931 y 1934, un total de catorce jugadores abandonaran la entidad fichados por clubes de mayor poderío económico radicados en ciudades mucho mayores.
La Guerra Civil española ahondó la brecha en la que se sumió el conjunto irunés, que ya en la posguerra continuó su trayectoria en las categorías inferiores del fútbol español.
Recientemente, el Real Unión pudo revivir antiguos laureles con el ascenso a Segunda División conseguido en el año 2009, aunque su estancia en la categoría de plata duró sólo una temporada, ya que descendió a Segunda B, donde milita en la actualidad.
El Eibar, otro modesto equipo guipuzcoano que desde la temporada pasada juega en la elite tras un meteórico ascenso a Primera desde Segunda B, es ahora el "espejo" en el que pretende mirarse el Real Unión.
Lamentablemente, González de Casadevante no ve fácil el retorno del equipo fronterizo a la máxima categoría, debido al déficit "de más de 1,5 millones de euros" que arrastra el club, después de que no supiera "gestionar bien" el dinero que entró en la entidad cuando el ascenso a Segunda le obligó a convertirse en Sociedad Anónima Deportiva (SAD).

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