El 'experimento Neville', desarrollado por el Valencia durante los últimos cuatro meses, ha acabado en fracaso tras la destitución del inglés como técnico del equipo, cuando restan ocho jornadas para el final de la Liga y el único objetivo pendiente es evitar el descenso de categoría.Alfonso Gil
La destitución de Gary Neville se ha hecho efectiva hoy en la jornada en la que el entrenador debía retomar las riendas del equipo tras haber estado casi una semana fuera de Valencia como segundo técnico de la selección inglesa, cargo al que no renunció al incorporarse al club de Mestalla.
La decisión se ha adoptado diez días después del último encuentro dirigido por Neville, la derrota por 0-2 en Mestalla ante el Celta del domingo 20, y a solo tres de la visita a Las Palmas, donde el equipo ya jugará el sábado a las órdenes del nuevo técnico, Pako Ayestarán.
La etapa de Neville al frente del Valencia ha estado muy lejos de convertirse en el periodo de recuperación que la afición esperaba tras la era de Nuno Espirito Santo y se ha caracterizado por una serie de malos resultados con pocos precedentes en la historia del club.
Gary Neville, exjugador del Manchester United, comentarista en la televisión inglesa y segundo del seleccionador nacional de su país, Roy Hodgson, llegó al Valencia a principios de diciembre sin experiencia como primer entrenador, pero con la plena confianza que había depositado en él Peter Lim, máximo accionista del club.
El técnico británico ha dirigido al equipo en veintiocho partidos oficiales con un balance de diez victorias, siete empates y once derrotas y, de su mano, se han producido las despedidas en la Copa del Rey y la Liga Europa.
En Copa, el Valencia cayó en semifinales con un 7-0 ante el Barcelona incluido, y en la Liga Europa lo hizo tras una trayectoria aceptable, aunque muy lejos de la final al no superar al Athletic de Bilbao en octavos.
Por lo que a la Liga se refiere, Neville afrontó su primer encuentro, en Eibar, con el equipo situado en novena posición y se despide en el decimocuarto puesto, a seis puntos del descenso.
Neville sustituyó a Nuno, un entrenador hosco y distante, que siempre transmitía la imagen de que su equipo había jugado bien. Sin embargo, el técnico inglés no consiguió, a pesar de mostrarse más próximo, que el Valencia definiera su patrón de juego.
Algunos depositaron su confianza en Neville a pesar de su nula experiencia en los banquillos, pero su llegada también suscitó críticas por parte de los que consideraban que Lim no debía experimentar con un técnico bisoño en un club de la entidad del Valencia.
Bajo la dirección del nuevo entrenador, apoyado primero por su hermano Phil y el exjugador valencianista Miguel Ángel Angulo, y más tarde con la incorporación de Ayestarán, el equipo no solo no enderezó el rumbo, sino que complicó su situación.
Pese a que los principios no fueron buenos, resultaba difícil aventurar lo que quedaba por llegar, ya que las eliminatorias coperas superadas ante Granada y Las Palmas y los empates ligueros en casa ante Barcelona y Real Madrid hicieron albergar alguna esperanza de cambio.
Este, sin embargo, no llegó. La falta de esquema, las lesiones, las rotaciones y la presencia de varios jóvenes en un equipo con dudas no impidieron que Neville transmitiera su confianza en el proyecto. La realidad ha sido la llegada a una situación muy complicada.
Sin un líder sobre el terreno de juego, circunstancia que influyó en la decisión poco explicada de relevar a Dani Parejo como capitán, sin acierto por parte de algunos delanteros como Álvaro Negredo, con una defensa titubeante y con poca continuidad en algunos jugadores que deberían ser clave, el Valencia ha sido casi siempre inferior a sus rivales durante la etapa de Neville.
Ahora el equipo tiene por delante ocho jornadas de Liga para revertir la situación, aunque con partidos complicados, entre los que destacan las visitas al Barcelona y al Real Madrid y el pase por Mestalla de conjuntos como el Sevilla y el Villarreal.