Como hermanos

Es indiscutible que Iago Aspas y Lucas Pérez llevan a Celta y Deportivo en la sangre respectivamente. Los dos son, por méritos propios, los máximos exponentes de una rivalidad que engrandece al fútbol gallego cuando no se aleja de la disputa sana dentro y fuera de los terrenos de juego.

Anoche, ambos se reencontraron sobre el césped de Riazor y demostraron que la camiseta gallega sirve para unir y no distingue de equipos o rivalidades. 
Bajo el mismo escudo, Lucas y Aspas derrocharon complicidad, se buscaron continuamente para tratar de trenzar jugadas en el ataque gallego y celebraron con evidentes gestos de afecto el tanto conseguido por el delantero vigués que sirvió para abrir el marcador. 
Si alguien tenía dudas sobre cómo iba a ser la relación entre dos de los mejores delanteros del fútbol español, ellos las eliminaron de raíz: desde el encuentro entre ambos en el hotel de concentración hasta la despedida en el municipal coruñés su comportamiento fue exquisito. 

Lucas Pérez:

Si Del Bosque ha pensado que no tenemos que estar ni Iago Aspas ni yo, por algo será.