Pablo Guede volvió hace unos días al origen de su carrera como entrenador: San Ignacio, campo del CD El Palo y donde empezó a dar sus primeras órdenes desde un banquillo tras colgar las botas y escribir historia como jugador del Málaga CF. Más de tres años habían pasado desde que se tuvo que marchar apresuradamente a Argentina por la delicada salud de su padre y dejar a El Palo peleando por el ascenso a Segunda B en la campaña 2012/2013.
Hace un par de semanas, y aprovechando sus vacaciones, Guede volvió discretamente para saludar a viejos amigos y a rescatar recuerdos entrañables. Regresó con un currículo más extenso tras entrenar a Nueva Chicago, Palestino de Chile y San Lorenzo en la que hasta la fecha ha sido su última experiencia profesional. En el equipo del barrio de Boedo, en Buenos Aires, se ha curtido en la élite más exigente y desgastadora. Salió del club por diferencias internas y ahora está sin equipo. Su sueño, siempre lo ha dicho, entrenar alguna vez al Málaga.
A Guede le pusieron el brazalete en el vestuario de San Ignacio, vídeo inferior, y se emocionó. Se reunió con Fendi, quien lo fichó para El Palo junto al presidente Juan Godoy, con su inseparable Ricardo Albis, y con otros trabajadores del club como el incansable delegado Francisco Serrano ‘Moe’ o con el coordinador Juan Lumbreras. Guede volvió al origen. Fueron sólo unas horas, pero las suficientes para sentirse de nuevo paleño.
El club entregó como recuerdo el brazalete de capitán a un visíblemente emocionado Pablo Guede. ¡Grande Pablo! pic.twitter.com/vUpsDIWSum
— C.D EL PALO (@cdelpalo) 30 de junio de 2016