Unos 40.000 chilenos celebraron hoy en los graderíos del estadio Nacional de Santiago la conquista de la Copa América Centenario que la Roja obtuvo hace una semana en Estados Unidos tras imponerse en una vibrante tanda de penaltis por 4-2 a Argentina.La fiesta fue plena, pese a que al estadio apenas llegaron seis de los veintitrés jugadores de la plantilla que dirigió el entrenador argentino Juan Antonio Pizzi.
El portero del Barcelona y capitán de la Roja, Claudio Bravo, acudió a la cancha junto a sus compañeros Eduardo Vargas, Jean Beausejour, Nicolás Castillo, Gonzalo Jara y José Pedro Fuenzalida.
Un microbús descapotable salió a las 16.00 horas (20.00 GMT) desde el complejo deportivo Juan Pinto Durán rumbo al estadio en un desfile que atravesó las principales avenidas de la capital chilena.
Minutos antes, la presidenta Michelle Bachelet, junto a la ministra del Deporte, Natalia Riffo, habían llegado hasta la sede de la selección para saludar y felicitar a los jugadores.
La organización del evento trabajó intensamente para asegurar la presencia de la mayor cantidad de jugadores de la selección. El pequeño grupo estuvo acompañado por el cuerpo técnico.
Las puertas del estadio Nacional se abrieron pasado el mediodía al que ingresaron las personas de forma gratuita.
Allí pudieron disfrutar de un espectáculo artístico y de la vuelta olímpica de los campeones con el trofeo de la Copa América Centenario.
En el centro del campo de juego, se dispuso de un escenario abierto para facilitar la visión de los asistentes.
A la tarima subieron los seleccionados que fueron vitoreados por varios minutos por los hinchas.
También se proyectó un vídeo que repasó la campaña con los mejores momentos de la selección en el torneo, el segundo que conquistan los chilenos de manera consecutiva y a expensas del mismo rival.