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'Quino', un prodigio que el Betis rescata 45 años después de la rebeldía

Joaquín Sierra Vallejo 'Quino' (Sevilla, 1945) es uno de los delanteros que todo bético de más de 50 años se sabe de memoria cuando se le pregunta por los jugadores más importantes del club de las trece barras, que ahora lo ha rescatado del olvido 45 años después de haberlo declarado en rebeldía.Carlos del Barco
'Quino' no fue un jugador al uso desde que debutó con 17 años ante el Pontevedra en la temporada 1963-64, ya que venía de jugar de los Salesianos donde estudiaba y era, desde sus comienzos, una persona instruida y con las inquietudes sociales que luego marcaron su trayectoria dentro y fuera de los terrenos de juego.
Hijo del poeta Juan Sierra, Joaquín era uno de los miembros de la "tríada capitolina" futbolística de su familia, que estaba compuesta, además, por sus hermanos Juan, que jugó en los juveniles del Sevilla; e Ignacio, de quien decían que era el mejor pero que se partió una pierna y tuvo que dejar el fútbol activo.
'Quino' se quedó con el testigo de esa forma de jugar al fútbol englobada en la escuela sevillana de clase, toque, regate, visión y gol que muy pronto le llevaron con doce años a los escalafones inferiores del Real Betis, que recorrió con suma celeridad hasta que, en 1963, subió al filial bético, entonces llamado Triana Balompié y que militaba en Tercera División.
Domingo Balmanya, entonces entrenador del Betis, se fijó en él siendo juvenil y ya no se apeó de las alineaciones de un equipo en el que compartió titularidad con nombres como Luis Aragonés, León Lasa, Francisco Grau, Eusebio Ríos, Fernando Ansola o Rogelio Sosa, entre otros muchos nombres.
Plenamente asentado en las alineaciones del Real Betis, en los tiempos en los que éstas aún se recitaban de carrerilla, 'Quino' debutó en la selección española ante Finlandia en 1969 cuando el Betis militaba en Segunda División, de la que esa temporada se proclamó máximo goleador.
Fue en la siguiente, cuando Joaquín Sierra se vio atrapado por el entonces llamado derecho de retención, por el que los clubes tenían prácticamente en sus manos el futuro de los futbolistas y que a 'Quino' le movió a declararse en rebeldía por estar en profundo desacuerdo con la actitud de los directivos béticos.
Esos meses sin entrenar los pasó entre toreros como Pepe Luis Vázquez, Julio Pérez 'Vito' o Manolo Cortés en las instalaciones de Piscinas Sevilla, antes de que en el verano de 1971 fuera traspasado por 18 millones de pesetas al Valencia de su amigo e ídolo Alfredo Di Stéfano, a quien había marcado en su despedida de los terrenos de juego.
En Mestalla se confirma como una gran figura del fútbol español y llega a vestir en siete ocasiones la camiseta nacional hasta que en 1976 ficha por el Cádiz entrenado por Enrique Mateos, club con el que alcanza esa temporada el ascenso a la máxima categoría y ciudad en la que ahora vive.
"Inteligente y brillante", según la web del Betis, 'Quino' fue, "por sus inquietudes y su rebeldía, un futbolista atípico para lo que era común en su época, ya que entregó sus mejores esfuerzos a la defensa de los intereses de los jugadores de fútbol": de su rechazo al derecho de retención, pasó a fundar y presidir la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) desde 1978 a 1982.

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