La selección nacional de fútbol de Estados Unidos ganó 2-0 a la de Cuba en un encuentro amistoso disputado hoy en La Habana, primero de los últimos 69 años y tras el deshielo diplomático entre La Habana y Washington.El partido abrió a media tarde, prologado por el intercambio de saludos entre los 23 jugadores del equipo visitante y los 21 del anfitrión, y después de escucharse los himnos de los dos países en el estadio habanero "Pedro Marrero", al que acudió Jill Biden, esposa del vicepresidente de EE.UU., de visita en Cuba desde ayer.
Miles de personas acudieron a presenciar el choque, muchos de ellos jóvenes y niños cubanos, quienes se han sumado a los aficionados al deporte más universal que en la isla ha ganado en popularidad desde hace algunos años y provoca pasiones aunque sin desplazar la tradicional preferencia por el béisbol.
Se impuso la calidad de los norteños frente al joven equipo isleño que se defendió como pudo de la embestida de los estadounidenses, técnicamente más sólidos y con una estrategia de juego muy ofensiva.
Los discípulos del director técnico del equipo estadounidense, Jurgen Klinsmann, capitaneados por el estelar Michael Bradley y con William Yarbrough (Club León-MEX) en la portería, abrieron la cuenta con el primer gol pasado el primer tiempo, en el minuto 61 de este histórico encuentro.
El segundo y último gol que marcó la selección norteamericana llegó después del minuto 70 del segundo tiempo del juego que se extendió un extra para consumar definitivamente la victoria.
Animados por el público desde el graderío que coreaba "Cuba, Cuba", la escuadra de la isla vio frustrados dos oportunidades de golear, pero mantuvieron el entusiasmo hasta el final, en un partido que algunos de sus jugadores, como el capitán Daniel Luis, anticiparon que sería "muy difícil" por el potencial de los rivales.
"Va a ser un partido muy difícil pero saldremos a darlo todo al terreno y a jugar principalmente para que el público lo disfrute", sentenció horas antes el defensa cubano Yasmani López en declaraciones a la televisión estatal de la isla.
El portero Mikel Reyes, una de las promesas del combinado de la isla, quien llegó justo para el partido desde México donde juega en la liga con el equipo Cruz Azul, hizo uno de los disparos más cercano a un gol pero finalmente sin el resultado esperado.
La escuadra de EE.UU., integrada por estrellas y nuevas promesas en fogueo, entrenó ayer miércoles en la capital cubana tras diez días de preparación previa para este duelo, el primero entre ambos combinados desde 1947.
En las defensas estuvieron John Brooks, Geoff Cameron, Omar González, Fabian Johnson y DeAndre Yedlin.
En el medio campo actuaron Paul Arriola, Lynden Gooch, Perry Kitchen, Sacha Kljestan, Christian Pulisic y Danny Williams.
Como delanteros jugaron Jozy Altidore, Julian Green, Jordan Morris, Chris Wondolowski y Bobby Wood.
Este choque servirá de preparación a EE.UU. para enfrentarse a México, en Columbus; y a Costa Rica, en San José, los días 11 y 15 de noviembre próximos, de cara a la hexagonal final de la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Fútbol (Concacaf) rumbo al Mundial de Rusia-2018.
Este partido trae a la memoria el celebrado en junio de 2015 entre el Club Cosmos de Nueva York y una selección de la isla que alineó hoy a algunos de esos jugadores, tras el que se sucedieron otros eventos deportivos bilaterales enmarcados en el proceso de normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos.