La enésima "serenata" de Lopera
El expresidente del Real Betis Manuel Ruiz de Lopera le ha dado su escuela, lenguaje e impronta a todo lo que ha tocado y la última ha sido recibir a la tuna en la puerta de sus oficinas cuando estaba previsto que hiciera llegar las bases de un acuerdo que aclarara el futuro accionarial bético.Carlos del Barco
Una serenata laudatoria y ripiosa en vez de un documento con puntos concretos ha sido 'la respuesta' del exmandatario verdiblanco a la petición de los distintos grupos que han negociado durante meses para adquirir los títulos de propiedad de Ruiz de Lopera a un precio de unos 17 ó 18 millones de euros, según anunció en su día el presidente bético, Ángel Haro.
"Ay, Don Manuel, canta y no firmes, porque firmando se alegran los que no quieren un Betis libre", a los sones de bandurrias, panderetas y de "Canta y no llores", "Cielito lindo" o "Clavelitos", se oyó anoche en las puertas de la casa y las oficinas de Lopera mientras que los negociadores se quedaron con un palmo de narices y sin el documento que esperaban.
Ruiz de Lopera tiene fama de duro negociador y de exasperar a sus interlocutores en interminables sesiones de resistencia; y al tiempo ha hecho gala de cierto histrionismo y de un particular sentido teatral como, entre otras muchas anécdotas, el que hace gala en un vídeo de gran circulación en el que recrea a modo de vodevil su particular visión de lo que se arrogó como 'la salvación del Betis'.
El mandatario fue inhabilitado por ocho años y su empresa familiar 'Farusa' por dos por el Juzgado Mercantil Nº1 por mala gestión en el concurso del club, causando así su insolvencia; mientras que el 18 de abril de 2017 empezará el juicio en el que la Fiscalía le solicita tres años de prisión por un delito de apropiación indebida durante su gestión en el club.
La inestabilidad institucional del Real Betis y la incertidumbre de su horizonte accionarial hicieron que se abrieran negociaciones entre las partes para que las acciones del expresidente fueran adquiridas para, posteriormente, ser puestas a disposición de los socios y abonados verdiblancos.
"La situación es la que llevamos viviendo desde hace muchos años. Sería bueno que tuviéramos una situación clara del accionariado, lo hemos dicho muchas veces. Es lo que hay, no depende de una persona solo. Vamos a intentar poner nuestros cinco sentidos para llegar a un acuerdo, pero no a costa de todos", afirmó Haro el pasado 10 de octubre.
Ya entonces, comentó que entendía que esa semana del 10 al 16 de octubre "o la siguiente" debía ser la definitiva para alcanzar un acuerdo y que si éste no llegaba, el Betis tenía que "seguir rigiéndose y seguir actuando por los derroteros que lleva en la actualidad".
Sin embargo, desde entonces lo que ha habido son dimes y diretes, mensajes interesados y escenificaciones de apoyo de los partidarios de los que siempre ha blasonado este peculiar empresario que le dio su impronta a la gestión del Betis desde 1992 a 2010, cuando la jueza Mercedes Alaya embargó las acciones del Betis de Farusa.
En todo este proceso, el trabajo minucioso de los abogados de ambas partes y la actuación de Ruiz de Lopera, quien anoche llegó a ponerse la capa de un tuno, han resultado ser nuevamente líneas paralelas, de las que nunca llegan a tocarse en uno solo de sus puntos.
En las oficinas del exmandatario, de sobras conocidas por jugadores, entrenadores, representantes e intermediarios por su dureza e interminable anecdotario, se concentraron también hace dos semanas, y presumiblemente como la tuna de forma espontánea, varias decenas de partidarios irreductibles que le pedían con una pancarta: "Lopera, aguanta. ¡Estamos contigo!".
Algunos ripios de la tuna, cuya actuación circula de forma estelar por las redes, lo dicen todo: "Después de ocho años, ahora te dicen, que eres muy bueno, que les regales el Betis, a los que tanto daño te hicieron" o "Ay Don Manuel, ya están 'calaos', un Betis Libre es de todos, y no de cuatro 'espabilaos'".