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El Betis, cuando la portería se ve "muy lejos"

La imagen de impotencia que el Real Betis volvió a ofrecer en Villarreal, donde cosechó su sexta derrota de la temporada, se resume en su exigua estadística de no rematar a puerta en todo el partido y en la confesión descarnada de su lateral Álex Martínez de que parecía que la portería contraria estaba muy lejos.Carlos del Barco
El 2-0 con el que el Betis regresó a Sevilla hará que el parón liguero se le haga también muy largo a su entrenador, el uruguayo Gustavo Poyet, en la cuerda floja tras la nueva derrota en 'El Madrigal', por el pobre juego desplegado y decisiones técnicas como la nueva suplencia de Rubén Castro o el ostracismo de Dani Ceballos.
El técnico charrúa no ha terminado de encontrar el rumbo desde su llegada a Sevilla, ha adoptado decisiones técnicas que no le han dado resultados, ha mantenido diferencias de criterio con la afición y los medios de comunicación y, ante todo, no ha hallado un modelo de juego reconocible, equilibrado y fiable.
Por todo ello, Poyet ya fue increpado por la afición bética y conminado a irse por la derrota por 0-1 sufrida en casa ante el Espanyol y hoy, según dijo anoche tras el partido, se sentará analizar con su equipo lo que puede "reforzar" porque se está haciendo bien y "o si hay que cambiar algo" para el próximo partido.
La derrota ante los de Fran Escribá y, sobre todo, la imagen ofrecida por los béticos aviva, por tanto, el debate sobre la continuidad de Gustavo Poyet hasta, al menos, el próximo compromiso de los verdiblancos, el próximo 18 de noviembre ante Las Palmas en el Benito Villamarín.
El propio entrenador se refirió ayer a un eventual cese y señaló que no es un asunto que le preocupe y sí, por el contrario, mejorar el juego: "El tener un trabajo depende de dos personas, de que te lo ofrezcan y tú aceptes. Y luego para que se termine, de que uno de los dos decida que tienes que irte o renunciar", explicó.
El Betis se encuentra en la decimocuarta posición de la clasificación con once puntos, a dos de las posiciones de descenso, y no termina de encontrar un patrón definido de juego cuando ha pasado ya un tramo considerable de la temporada, lo que se ha traducido en que su afición haya pedido ya de forma explícita la destitución de Poyet.
El balance del uruguayo es exiguo para las expectativas que pudo despertar su proyecto, ya que sólo ha logrado tres victorias y dos empates frente a las seis derrotas y, sobre todo, la pobre imagen desde que comenzó una temporada en la que los béticos son de los equipos mas goleados.
Los 22 goles que ha recibido el Betis sólo son superados por los 25 del colista, el Granada, y hablan bien a las claras de su fragilidad defensiva; como los once logrados lo hacen de que el técnico de Montevideo no haya dado con la tecla en materia atacante pese a las probaturas y combinaciones que ya ha hecho entre Rubén Castro, Tonny Sanabria y Álex Alegría.
Las sensaciones en el fútbol cuentan mucho y, cuando las cosas vienen de cara, las porterías parecen hacerse mas grandes y los goles entrar con más facilidad; lo mismo que, cuando pintan bastos, se empequeñecen, los delanteros suelen ver a los porteros mas anchos y lo que puede entrar, va fuera.
Es ésa la percepción de lejanía y la confesión de impotencia atacante de la que ayer habló Álex Martínez y la que podrán experimentar en el largo parón liguero Gustavo Poyet y la directiva bética que deberá decidir sobre el futuro del uruguayo y el del banquillo del 'Benito Villamarín'.

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