"El fútbol es imprevisible, todos los partidos empiezan cero a cero". Esta frase pronunciada por Vujadin Boskov guarda lógica y romanticismo a partes iguales. El fútbol, a pesar de haberse convertido en lo que es hoy en día y haber dejado a un lado su lado más romántico, sigue siendo un deporte en el que los encuentros comienzan con la máxima igualdad posible y sólo el tiempo los inclina hacia un lado o hacia el otro. Cierto, y lógico es, que el equipo que mayor número de recursos tenga tiene más posibilidades de llevarse la victoria, pero no siempre tiene por qué ser así. El Leicester City de Claudio Ranieri, como tantos otros lo han hecho a través de los tiempos, lo demostró el año pasado. Hoy, muchos son los equipos que luchan por emular a los foxes y vivir el año de sus vidas. Muchos son los futbolistas que luchan por protagonizar historias de superación tan increíbles como las de Vardy o Mahrez, y ellos son conscientes de que como Jamie y Riyad, la liga no se gana en un día.
En ElDesmarque repasamos cuáles son los equipos por los que nadie apostaba a principios de temporada, pero que tras varios meses de competición, luchan en lo más alto de la clasificación con los peces gordos de sus ligas por asombrar al mundo. El Leicester City, a estas alturas de la pasada temporada, era tercero con 22 puntos a tres del Manchester City (que era líder), la campaña de los foxes ya sabemos cómo terminó. Hoy estos clubes que no contaban para nadie también sueñan, como lo hacía el Leicester, con hacer historia.
Los primeros ejemplos los tenemos en casa. Villarreal y Sevilla han empezado la temporada en LaLiga Santander como un tiro y sueñan con imponerse a finales de temporada a Barcelona, Real Madrid y Atlético, los claros favoritos para hacerse con el título.
Los castellonenses no comenzaron la temporada de la manera ideal ya que su técnico fue despedido y reemplazado por uno que ofrecía dudas (algo similar pasó con el Leicester el verano pasado). El comienzo de Escribá al mando de la nave amarilla no fue el mejor, ya que el Villarreal cayó eliminado en la última ronda previa de la Champions League. Desde entonces, el Submarino amarillo no ha cesado de ganar y sólo ha caído en dos ocasiones (una en Liga y una en Europa League) convirtiéndose en uno de los tapados para luchar hasta el final por el título de Liga. Los números conseguidos hasta la fecha, 22 puntos en 11 jornadas (a cinco del líder), y, lo que es más importante, las sensaciones, le dan al equipo amarillo licencia para soñar. Ya va siendo hora de que el trabajo sea recompensado con un título y de este modo se abran por primera vez las vitrinas de El Madrigal.
El caso del Sevilla de Sampaoli es similar. El conjunto andaluz comenzó la temporada cayendo en las dos finales de las Supercopas que se ganó el derecho a jugar y las dudas alrededor del proyecto del técnico argentino se acrecentaron conforme iban pasando las semanas y a los buenos resultados deportivos no le acompañaban óptimas sensaciones en cuanto al juego se refiere.
Sampaoli ha ido progresivamente calando en sus jugadores y en su nueva afición y poco a poco ha ido sumando adeptos a una causa que se podría considerar como irrechazable teniendo en cuenta que el equipo no ha parado de pelear entre los cinco primeros de la tabla desde el comienzo de la competición. Si el exseleccionador chileno es capaz de sacar mejores resultados como visitante habida cuenta de que el Sánchez-Pizjuán ha demostrado ser un fortín, en Sevilla tenemos a un nuevo candidato ya que sólo seis puntos lo separan del primer puesto actualmente a pesar de que es el quinto clasificado.
Esta campaña, la Bundesliga promete sensaciones fuertes. No, el Borussia Dortmund no se ha hecho más fuerte y plantará más resistencia al todopoderoso Bayern. Como si del principio de Astérix y Obélix se tratara, hasta tres invitados no esperados planean incordiar al cuadro bávaro y sueñan con arrebatarle el cetro nacional.
El ambicioso proyecto de Red Bull en Leipzig va más en serio de lo que todos creíamos. El único representante la antigua República Democrática Alemana en la Bundesliga (con la particularidad de Berlín presente) ha llegado para quedarse. El equipo comandado por Ralf Ragnick es un recién ascendido, pero suma los mismos puntos que el Bayern de Múnich de Carlo Ancelotti tras diez jornadas en las que aún no conoce la derrota. Su plantilla, repleta de jóvenes promesas (de allí salió Kimmich), se nutre de los principales valores formados en los otros equipos de la franquicia. Éstos han asumido su rol secundario y de este modo han llegado a la plantilla del cuadro teutón futbolistas que esta campaña están siendo importantes como Naby Keita, Marcel Sabitzer o el brasileño Bernardo. En definitiva, una red de clubes profesionales que trabajan por un bien común: tener a un club como campeón de la Bundesliga. No van mal encaminados.
El caso del Hoffenheim también es llamativo. Este modesto club alemán ya llamó la atención hace varias campañas por su extraordinario comienzo y las reducidas dimensiones de la localidad en la que se encuentra. De esa magnífica temporada, en la que debutaban en la Bundesliga, no queda prácticamente ningún futbolista y sus mejores jugadores, de entre los que destacan Demba Ba, Ibisevic o Luiz Gustavo, partieron pronto aprovechando su momento. En aquella 2008/09, el Hoffenheim, que llegó a ser líder en solitario, acabó cayendo por lo que no es nuevo en estas lides.
Sorprende el caso del Hoffenheim porque la pasada temporada se salvó de disputar el play off de descenso por un solo punto de diferencia. El equipo de Baden-Wurtemberg parece haber aprendido de esa mala experiencia y este año ha comenzado como un tiro sin haber perdido aún ni un sólo partido sumando 20 puntos en diez jornadas, a sólo cuatro de los líderes. El cuadro dirigido por Julian Nagelsmann, que con 29 años es uno de los técnicos más precoces de Europa en una primera división que se recuerda, y que cuenta con Eduardo Vargas y Andrej Kramaric como sus estiletes en ataque, pretende que el vértigo no se apodere de ellos y que sean capaces de mantener esa buena dinámica para por lo menos, jugar competición europea la próxima campaña.
Sería injusto, pero no dejaría de ser cierto, decir que el Hertha Berlín es el cuadro que menos sorprende que esté tan arriba. El equipo capitalino suma 20 puntos -a cuatro de los líderes- y acumula seis triunfos, dos empates y dos derrotas. Comandados por el incansable Salomon Kalou, el conjunto blanquiazul ya fue una de las revelaciones de la pasada campaña, pero acabó la temporada sin clasificarse para disputar competición europea.
Ahora, han vuelto con ganas de revancha, y de momento ese hambre se ha transformado en puntos que bien valen una más que merecida cuarta plaza.Por segundo año consecutivo, en el Olympiastadion tienen permiso para soñar.
Pocos pensaban en verano, que el proyecto elegido por Mario Balotelli para florecer acabara siendo una realidad tan pronto. Seguramente ni el propio Mario. El club de la Costa Azul ha sabido sobreponerse al saqueo sufrido este verano tras su genial 2015/16 (Ben Arfa, Puel o Germain se marcharon) para estar tras doce jornadas comandando la clasificación con 29 puntos y una sola derrota (sufrida en la última jornada). El Niza parece dispuesto a rebatirle el derecho de reválida al PSG de Emery y apoyado en un recuperado Balotelli, no quiere bajarse de la cima por más que lo intenten hacer tambalear.
En la década de los 50, el club de la Costa Azul consiguió cuatro títulos de Ligue 1, desde entonces, sólo ha podido conquistar la Copa y la Copa de la Liga en dos ocasiones. En el seno del club piensan que ya va siendo hora de reverdecer viejos laureles. Por fin hay la sensación en Francia de que hay un club dispuesto a poner en entredicho la supremacía de los capitalinos.
A pocos les sonarán los nombres de estos dos equipos belgas que ocupan la primera y tercera plaza respectivamente. Dos proyectos interesantes que han ido creciendo año a año y que este año ansían convertirse en realidad aprovechando el mal momento de los, históricamente, grandes del país.
No tienen a grandes nombres en sus plantillas pero sí mucha hambre por conseguir cosas importantes en la Jupiler Pro League belga, una competición en la que poco vale quedar primero o tercero en la fase regular pues en el tercio final de la competición, la tabla se divide en tres (play offs por el título y Champions, play offs por la Europa League y play offs por evitar el descenso). División con la cual la organización trata de darle mayor dosis de espectáculo. Sea como sea, Oostende y Zulte Waregem tienen ya mucho camino andado para estar, ya en 2017, listos para luchar por el título.
Besiktas, Fenerbahce y Galatasaray están acostumbrados a repartirse el pastel de la SuperLig turca desde la fundación misma de la competición. Salvo contadas excepciones, los grandes equipos de Estambul han conseguido año sí y año también que el título de liga se quedará en la misma ciudad. Ahora es otro vecino el que quiere adueñarse del título. Un gran desconocido como el Istanbul Basaksehir, club fundado en 1990 y que hasta 2007 no se estrenó en la máxima división del fútbol turco. Subcampeón de copa en 2011, tras un retorno fugaz a la segunda división turca, el Istanbul BB ha ido escalando peldaños hasta jugar previas de competición europea en las dos últimas temporadas.
El club, fundado por la compañía local de distribución de agua, suma ya 26 puntos en diez jornadas no habiendo perdido ningún partido y haciendo de su estadio un fortín. En Estambul hay sitio para uno más.