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Bruce Arena, el Donald Trump de la selección de Estados Unidos

Nadie podía imaginarse que el veterano Bruce Arena, a sus 65 años, volviese a dirigir a la selección de las Barras y las Estrellas, de la que fue despedido en el 2006 por el mismo presidente de la Federación de Fútbol de Estados Unidos, Sunil Gulati, que ahora lo llamó de nuevo.Además llega al cargo, gracias a su postura de rechazo y crítica permanente de la filosofía que implantó el alemán Jurguen Klinsmann, despedido como seleccionador el pasado lunes, y que fue la de contar con los jugadores estadounidenses nacidos fuera del país, con doble nacionalidad, y militaban en el fútbol extranjero.
Arenas sonaba siempre en las críticas a Klinsmann como un adelanto en el deporte del fútbol del nuevo presidente electo de Estados Unidos, el republicano Donald Trump, que todo lo bueno está sólo dentro del país, que no hay que salir a buscar nada fuera.
Sin embargo, al margen de los resultados deportivos obtenidos por Klinsmann, su único legado importante podría estar precisamente en la manera como abrió las puertas de la selección a los jugadores de mayor talento que hay en el fútbol estadounidense y que no están en la liga local de la MLS sino en el extranjero.
El nuevo seleccionador estadounidense en declaraciones ofrecidas a la revista especializada ESPN Magazine, Arena dijo que "los jugadores del equipo nacional en mi propio sentimiento y apreciación deberían ser todos Americanos. Si ellos son nacidos en otros países, entonces pienso que no podemos hacer progresos".
A pesar del comentario y pensamiento crítico de Arena hacia la gestión de Klinsmann, él mismo durante su primera etapa con la selección, en el 2002, para el Mundial de Corea del Sur y Japón, incluyó en la plantilla a cinco jugadores que habían nacido en el extranjero, y el equipo consiguió la mejor clasificación desde 1930.
Uno de los argumentos críticos de Arena a la gestión de Klinsmann fue que utilizaba a "demasiados" jugadores que habían nacido y estaban fuera de la MLS, pero la realidad ha demostrado que, en ese aspecto, la gestión del técnico alemán no fue muy diferente a la del nuevo seleccionador en su primera etapa.
Arena en los años posteriores a sus declaraciones hechas a ESPN Magazine se ha mantenido en su posición como lo demostró en las que recientemente concedió al periódico The New York Times, en las que insistió en la misma creencia.
"Pienso que un estadounidense debería entrenar al equipo nacional. Además que la mayoría de los jugadores deberían también llegar de la MLS. Los directivos de la federación piensan que necesitamos copiar lo que hacen otros, cuando en realidad, la solución deben llegar de nuestra propia cultura".
Algo que él mismo no puso en práctica como entrenador del Galaxy de Los Angeles desde el 2008, donde no formó a ninguna figura y por el contrario los tres títulos logrado llegaron cuando ha tenido a jugadores de la clase del inglés David Beckham, el arquero panameño Jaime Penedo y el irlandés Robbie Keane, entre otros.
Pero sólo tuvieron que pasar dos horas desde que fuese elegido nuevo seleccionador para que su discurso de rechazo a la filosofía de Klinsmann cambiase por completo al darla por buena y lo que es más increíble aceptarla y continuar con ella.
"Este regreso significa un enorme reto en mi carrera, pero siento que estoy listo para llevar a la selección nacional a lograr su pase a la próxima Copa Mundial", aseguró Arena, que adelantó que en las próximas dos semanas completará el cuerpo técnico que va a formar.
Mientras tanto, ya anunció que no le cerrará las puertas a futbolistas que juegan en el extranjero y tienen doble nacionalidad.
"Voy a llamar a todos los jugadores que sean elegibles y que sientan la camiseta de Estados Unidos. Estoy bien familiarizado con el talento con el que disponemos, tanto en la MLS como en el extranjero, y vamos a tratar de construir el mejor equipo posible en los próximos meses, pensando en el próximo partido eliminatorio del 24 de marzo ante Honduras".
Arena al comentar sobre la actual plantilla de la selección insistió en que no hará mayores cambios: "Durante el campamento de enero no espero la presencia de nuevos jugadores. Llamaremos a los que han venido últimamente. Individualmente y por posición, contamos con magníficos elementos, sólo hace falta que jueguen como equipo. Se necesita un poco de paciencia y trabajo".
Sobre el estilo de juego que debe distinguir a la selección estadounidense, Arena puntualizó que el estilo es dictado por la calidad de los futbolistas.
"La Copa América nos demostró que, más allá de Brasil y de Argentina, nuestros jugadores no están tan lejos de los que integran los representativos de las selecciones de otros países", valoró. "Tenemos magníficos jugadores y debemos trabajar en encontrar la actitud y la mentalidad adecuada para formar un equipo competitivo".
Las nuevas declaraciones de Arena sonaron más como si estuviese hablando el propio Klinsmann y no el mayor crítico que tuvo el alemán a su gestión al frente de la selección de Estados Unidos.

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