Tres grandes atacantes enrolados en equipos de la "Premier" y de la "Bundesliga" se subieron a principios de este año al podium para disputarse el galardón de mejor jugador africano del 2016.Javier Martín
Como los pronósticos apuntaban, la espectacular temporada de su equipo, el Leicester, sorprendente campeón de la liga inglesa, le dio al extremo argelino Ryad Mehrez el extra necesario para batir a sus dos rivales: el gabonés Pierre Emerick Aubameyang (Borussia Dormund) y el senegalés del Liverpool Sadio Mané.
Concluida la gala en la Confederación Africana de Fútbol (CAF) en Abuya, los tres viajaron a Gabón con una nueva misión: llevar a sus respectivas selecciones a la gloria de ganar la copa de África de Naciones.
Apenas tres partidos después, solo uno de ellos está en disposición de poder añadir ese título a su currículum: tanto la anfitriona Gabón como la siempre frustrante Argelia han caído a las primeras de cambio.
Mehrez y Aubameyang se marchan de esta edición sin haber saboreado la victoria, con dos goles en su haber y diferentes sensaciones.
El delantero del Borussia de Dormund se he encontrado muy solo en un combinado al que le ha enterrado la presión de jugar en casa y la improvisación de la federación, que decidió cambiar de entrenador a solo 70 días del inicio de la competición.
El elegido para sustituir a un defenestrado Jorge Costa fue el técnico español José Antonio Camacho, un hombre que llegó entre las críticas de la prensa y los aficionados por su falta de experiencia en África y su desconocimiento del francés.
A ello se sumó un encontronazo con la directiva a quince días del inicio del torneo que enrareció el ambiente en el vestuario y casi desemboca en una nueva espantada prematura del exseleccionador de España y China.
Aunque los jugadores -e incluso la prensa- le han exonerado y lanzado de nuevo sus dardos contra los dirigentes federativos, lo cierto es que a Camacho le faltó tiempo y mimbres para enhebrar un equipo que no solo se encomendara a su estrella.
Ya en el partido inaugural contra la debutante Guinea Bissau se vieron las dificultades que los anfitriones iban a tener contra las otras dos escuadras del grupo, Burkina Faso y Camerún, en principio más potentes.
Gabón se presentó en la última jornada con la imperiosa necesidad de ganar a "los leones indomables" y la presión y la mala suerte hicieron el resto.
Aubameyang, que al final del encuentro se quejó de la falta de preparación y se lamentó de la oportunidad perdida, tuvo en su bota la posibilidad de sepultar por un tiempo el debate, pero su remate a escasos dos metros de la línea de gol se fue incomprensiblemente fuera.
Mehrez, que aún no ha dado este año en la "Premier" el nivel de la temporada pasada, completó un buen torneo. Marcó igualmente dos tantos y participó en casi todos los goles y jugadas de peligro de su equipo, recuperando sensaciones de 2016.
Pero al igual que Gabón, Argelia mostró desde el primer partido la contradicción que ha llevado a la tumba a uno de los equipos que figuraba en la lista de favoritos: mucha pólvora, y de la buena en ataque, temblores y sudores fríos en defensa.
Los problemas en la portería y la fragilidad en una zaga en la que jugadores como el defensa del Betis Aïsa Mandi no han dado la talla, han condenado a un combinado que no ha sido capaz de ganar un partido pese a contar en sus filas con jugadores como Mehrez, su compañero de club Islam Slimani o el centrocampista del Porto Yacine Brahimi.
Al igual que Aubameyang, Mehrez abandona la copa de África de forma temprana para enfado de los aficionados argelinos -que cargan igualmente las tintas contra un federación, que ha cambiado cuatro veces de técnico en un año- y alegría de sus clubes, que recuperan a los jugadores antes de lo esperado.
Pero el extremo del Leicester lo hace, quizá, con mejores sensaciones después de haber recuperado en este paréntesis africano parte de esa versión explosiva y penetrante que le llevó la pasada temporada a ser elegido el atacante más determinante de la "Premier" y de África.
Ambos dejan solo a Mané, que también ha marcado dos goles en esta primera fase de grupos, y que ayer decidió descansar ante Argelia, debido a unos pequeños problemas musculares.
El fin de semana le espera la incierta Camerún, su nuevo escollo en busca de la corona de África que sus dos compañeros ya no podrán levantar.