La selección de Egipto entrenada por el argentino Héctor Cúper abre mañana en el estadio de la Amistad de Libreville las semifinales de la Copa de África 2017 con la esperanza de alcanzar su novena final y continuar imbatida su camino hacia un octavo título.Javier Martín
Enfrente tendrá, sin embargo, en un partido que se prevé incierto e igualado, a una Burkina Faso en continua progresión desde que en 2013, de la mano de su estrella Jonathan Pitroipa (Al Nasr Dubai), alcanzara por primera vez una final continental, que perdió (1-0) con Nigeria.
"Los faraones" emergen, por su parte, de una larga travesía por el desierto, ausentes de la fase final del torneo desde que en 2010 derrotaron a Ghana en la final disputada en Angola y alzaron su séptima corona, la tercera consecutiva.
En cualquier otra selección del continente el inmaculado tránsito de los egipcios por esta edición sería motivo suficiente de orgullo y de reconocimiento para un técnico que ha devuelto a "los faraones" a su lugar en el panorama africano.
Pero la afición egipcia, como la de los grandes clubes europeos, exige mucho más: cualquier cosa que no sea la final y el galardón se entiende como un fracaso.
Una presión añadida con la que los de Héctor Cúper, que todavía no han recibido un solo gol en el torneo y han acumulado un empate inaugural con Mali y tres victorias frente a Ghana, Uganda y Marruecos, saldrán mañana al campo.
El argentino, que puede convertirse en el segundo entrenador latinoamericano campeón de África tras el brasileño Otto Gloria, confía en un bloque muy compacto, formado en su mayoría por jugadores que habitan la liga local, aderezado con la calidad de Mohamad Elneny (Arsenal) y Mohamad Salah.
El delantero de la Roma se ha quedado solo como principal estrella del torneo -con permiso de los hermanos Ayew (Ghana)- tras la eliminación paulatina de sus rivales en el trono africano: Pierre Emerick Aubameyang (Gabón) y Ryad Mehrez (Argelia) en primera ronda y Sadio Mané (Senegal) en cuartos.
Lesionado con su club, llegó al torneo envuelto en dudas sobre su estado físico pero poco a poco ha recuperado peso en el equipo y ha sido decisivo en algunos encuentros, en especial frente a Ghana, en el que anotó de falta directa el gol que le dio a su equipo el pase como primero de grupo.
Como el resto de sus compañeros, afronta el partido de "semis" con la incertidumbre de cómo afectará al estado físico de los egipcios haber disputado los cuatro partidos hasta la fecha en el "patatal" en el que se convirtió el estadio de Port Gentil.
Un indecente césped para la práctica del fútbol profesional que ha pasado factura a su otra estrella: Elneny ya se perdió el partido de cuartos frente a Marruecos por una sobrecarga en el gemelo y tampoco jugará frente a Burkina.
La duda estriba en si Cúper confiará en el equipo que resistió ante Marruecos -que mereció la victoria en cuartos-, más compacto y veterano, o dará la sorpresa con la inclusión en el once de la joven promesa de 19 años Ramadan Sobhi (Stoke City), uno de esos jugadores que aportan algo diferente en el campo.
Sobhi no jugó un solo minuto en el derbi norteafricano y, si algo se les ha criticado hasta ahora a "los faraones", que sufrieron lo indecible ante Marruecos, es su falta de vistosidad en el juego y su racanería en el ataque (en cuatro partidos solo han anotado tres tantos).
Burkina Faso parte detrás en las apuestas y tiene la estadística en contra: no ha logrado derrotar aún a Egipto en los seis partidos disputados entre ambas selecciones.
Existe la sensación compartida entre expertos y analistas de que esta puede ser la oportunidad esperada por "los caballos" para romper esa racha.
Agarrados a la filosofía "cada partido supone una final" de su técnico, el portugués Paulo Duarte, Burkina ha demostrado la misma firmeza defensiva que Egipto (segundo equipo que menos ha encajado, junto a Camerún).
Dotados de un físico poderoso, "los caballos" han encontrado un filón en la sociedad que forman los hermanos Alain (Kayserispor) y Bertrand Traore (Ajax), junto al veterano delantero, también enrolado en el Kayserispor turco, Prejuce Nakoulma.
Este último, un portento en carrera, es el máximo anotador que queda en juego en el torneo -con dos goles, uno de los cuales sirvió para abrir el marcador frente a Gabón (1-1) y el otro para cerrar la victoria ante Túnez (2-0).
Duarte cuenta, además, con la baza en la recámara de Aristide Bancé (ASEC Mimosas), un delantero intimidante, de mucho físico, que suele sacar mucho partido de su potencia cuando sale del banquillo, como ocurrió frente a Túnez.
Otro jugador salido del bando de reservas, "Kahraba", le dio la victoria a Egipto a falta de tres minutos frente a Marruecos. En un partido que se espera áspero y muy igualado, muchos creen que quien maneje mejor el banquillo marcará la diferencia.