Camerún se vengó hoy de las dos finales que le ganó previamente Egipto y se adjudicó su quinto título continental al derrotar a los dirigidos por el argentino Héctor Cúper, que volvió a perder una final, tras un intenso partido disputado en Libreville, capital de Gabón.
Un gol de Vincent Aboubakar (Besiktas) en el minuto 87 acabó con la racha invicta de "los faraones", ausentes de la fase final desde que ganaran el torneo en 2010 y que no habían perdido un solo partido desde que les venciera Argelia en la fase de grupos de 2004.
#ÚltimaHora | ¡Camerún gana la Copa África con este golazo de Aboubakar ante Egipto para el 2-1! #CAN2017 https://t.co/6Itnzs6aoV pic.twitter.com/yMHgiy7XAh
— ElDesmarque (@eldesmarque) 5 de febrero de 2017
La derrota deja con la miel en los labios a dos hombres que se van de Gabón sin lograr sendos récords: amarrado al estigma de segundón, Cúper no puede igualar la proeza del único latinoamericano en alzar la copa de África, el brasileño Otto Gloria, que lo logró con Nigeria en los ochenta.
El técnico argentino acumula, además, otra final perdida; la sexta, tras llegar a la última instancia sin éxito en la Copa del Rey 1998 (Mallorca), la Recopa de Europa 1999 (Mallorca), las Ligas de campeones 2000 y 2001 (Valencia) y la Copa de Grecia 2010 (Aris).
Y Essam el Hedary, el longevo guardameta de "los faraones" se queda sin su quinto título y sin el honor de ser el jugador de más edad en lograrlo (44 años)..
Por contra, consagra al belga Hugo Bross, que se anota su primer título africano, y da un espaldarazo a una selección joven, en transición, que no llegaba como favorita debido a la decisión de algunas de sus estrellas de quedarse en Europa y privilegiar sus carreras de club.
Aun así, los "leones indomables" se han mostrado como un equipo sólido, fajador, potente en lo físico sin renunciar a la calidad que le han dado hombres como su capitán, Benjamin Moukandjo (Lorient), Jacques Zoua (Kaiserlauten) y el propio Abubakar, que hoy volvieron a completar un gran partido.
Y eso que la final se puso de cara para los de Cúper muy pronto: alcanzado el minuto 21, Mohamad Elnany (Arsenal), que volvía al once titular tras perderse las semifinales y los cuartos, aprovechó un pase de Mohamad Salah (Roma) para batir casi sin ángulo al portero del Sevilla Atlético Fabrice Ondoa.
A partir de ahí, el duelo discurrió por los cauces esperados: los cameruneses no se descompusieron y siguieron empujando en ataque mientras Egipto esperaba atrás, solidario y bien colocado, en espera de sorprender a la contra.
Los "leones indomables", sin embargo, pronto sufrirían un nuevo revés, esta vez en forma de lesión: en el minuto 31 tenía que dejar el terreno de juego Adolphe Teikeu (Sochaux), uno de sus baluartes defensivos, al que sustituiría un afortunado Nicolas N'Koulou (Olympique de Lyon).
Aun así, los cameruneses gozarían de tres ocasiones en las botas y la cabeza de Zoua, Christian Bassogog (Alborg BK) y Sebastien Siani (Oostende).
La segunda mitad empezó con la misma tónica, con los de Bross más decididos a buscar el empate y con los egipcios, que comenzaban a sentir el esfuerzo físico que exige una estrategia basada en la presión y el achique de espacios, campeando el temporal.
La mayor ambición de "los leones indomables" tuvo su fruto en el minuto 59 gracias a un poderoso remate de cabeza a la salida de un córner de N'Koulou que hallaría el camino hacia la meta de El Hedary.
A partir de ese momento, Camerún sumó convicción y el cansancio se unió al mazazo en el cuadro de los egipcios, a los que Cúper trató de reanimar con la entrada enseguida de la joven promesa del Stoke City, Ramadán Sobhi.
Sin embargo, sería otro hombre salido de refresco del banquillo el que sentenciaría el partido: Abubakar, que ha sido el jugador número 12 preferido de los "leones indomables" cazó un balón largo en el borde del área, se revolvió entre dos defensas y cercenó por bajo los sueños de El Hedary, Cúper y el resto de los egipcios.
La victoria otorga a Camerún una venganza servida en plato frío tras las derrotas en las finales de 1986 y 2008 y lleva el quinto título a sus vitrinas.
Egipto, por su parte, pierde la segunda final de las nueve que ha disputado, la primera desde la que no pudo ganar a Etiopía en 1962, entonces aliada a Siria en la llamada "República Árabe Unida" (RAU).