El filial tiene sus armas. Tiene jugadores que pueden resolver, ya se vio en la primera parte de la temporada. Cuando estos entran en escena de verdad, es muy complicado batirles.Vivió el Sevilla Atlético las dos caras de la moneda en cada tiempo. En el primero perdonó y le castigaron. En el segundo aprovechó las dos primeras que tuvo. No obstante, el Nástic consiguió lo que buscaba. Un empate gracias a un rebote en el tiro de Emaná. El filial mereció más. Sin embargo, la falta de acierto le privó de llevarse los tres puntos. Nueve partidos van ya.
Precisamente eso fue lo que provocó que en la primera mitad el conjunto de Diego Martínez no se marchara con un resultado favorable. El peligro en la portería de Reina duró media hora. Mientras que Ivi tiró del carro, el Sevilla Atlético pudo marcar hasta en tres ocasiones. Reina le sacó un gol cantado al madrileño, estuvo correcto en el tiro de Cotán y se acogió al larguero cuando Matos estrelló el balón en el travesaño. El de Utrera fue de lo mejor hasta que se lesionó en el minuto 35 de la primera mitad. Álex Muñoz entró en su lugar.
En esos momentos ya el filial había bajado algo el ritmo. Mientras, el Nástic de Merino hacía lo que al técnico le gusta. Aguantar, pelear y aprovechar la que se pueda. Y eso mismo ocurrió. Una falta en el vértice diestro del área del filial la sacaron en corto y Delgado la puso perfecta al palo largo. Golazo que rompía el trabajo del Sevilla Atlético. La única oportunidad que tuvieron los catalanes la mandaron para dentro.
Las cosas cambiaron al comienzo de la segunda mitad. Necesitaba el filial velocidad para zamarrear el partido y Diego Martínez dio entrada a Pozo por Yan Brice. Tras el cambio llegó la jugada del empate. Una gran carrera de Marc Gual por la banda derecha lo generó todo. El catalán le puso la pelota Ivi que la cruzó perfecta ante Reina.
Sin tiempo para reaccionar, el filial recuperó la efectividad que le había desaparecido en los anteriores partidos. A partir de ahí todo se vino de golpe. En dos minutos el Sevilla Atlético de dio la vuelta al choque. De nuevo Ivi y de nuevo desde el perfil zurdo. El ex del Getafe puso el segundo y volvió a demostrar su nivel.
Y es que la entrada de Pozo le dio más posibilidades a los de arriba y los huecos se generaron. Mientras, el Nástic intentaba salir. Sin embargo, buscar el gol cuesta cuando no estás acostumbrado. Cuando parecía que el encuentro cogió un ritmo que le beneficiaba al filial, Emaná se encargó de romper la tranquilidad. Un tiro desde fuera del área que tocaba en la defensa y en palo de la portería de Caro puso el empate. No había aparecido el camerunés. Lo poco que hizo dio sus frutos.
Con el empate, el Nástic volvió a colocar el partido donde quería. Para evitarlo, Diego Martínez le dio a Borja Lasso 10 minutos para que intentara cambiar el choque. Con él en el campo pudo llegar el tercero del Nástic. Caro lo evitó. Gual pudo también adelantar a su equipo que por ocasiones mereció algo más. Gracias a Emaná, Merino se quedó satisfecho.
A partir del empate, el Sevilla Atlético lo intentó con ganas pero con poca lógica. Al final, la mala racha se extiende y ya son nueves partidos sin ganar. Hay materia para resucitar.
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