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EE.UU. mejoró con Arena; Jamaica creció; México no asimiló método Osorio

La decimocuarta edición de la Copa Oro ya forma parte de la historia con Estados Unidos de nuevo campeón, que bajo la dirección del veterano entrenador Bruce Arena recuperó su condición de equipo ganador al mejorar el nivel de juego que había perdido con el alemán Jurgen Klinsmann al frente.Junto a Estados Unidos, que logró el sexto título, tercero bajo la dirección de Arena, Jamaica que jugó por segunda vez consecutiva la final, aunque la perdió por 2-1 ante el equipo local, demostró que ha sido el fútbol del Caribe que más ha crecido en los últimos años, aunque irónicamente, no se encuentre disputando el hexagonal de la Concacaf para el Mundial de Rusia 2018.
Arena, en su segunda etapa al frente de la selección de las barras y las estrellas, no aportó nada nuevo a su estilo de juego, simplemente se limitó a volver a los orígenes del fútbol básico.
Para eso supo de nuevo utilizar a los 29 jugadores que dispuso a través de los 20 días que duró el torneo y en los que disputó seis partidos, sin que en ninguno hiciese nada especial, pero si encontró la manera de aprovecharse de los errores del rival, mantener una buena condición física y marcar los goles que decidiesen.
Frente a Costa Rica en las semifinales no fue el equipo que hizo mejor fútbol, al contrario los ticos se mostraron superiores en técnica, clase y estrategia, a pesar que tuvo seis bajas de jugadores titulares.
Pero Estados Unidos se encontró con dos goles en jugadas individuales de Jozy Altidore y Clint Dempsey que hicieron la diferencia, mientras que Costa Rica que pudo definir antes no lo hizo con las claras oportunidades que tuvo Marco Ureña.
De ahí, que al concluir el torneo, que volvió a ser mediocre en cuanto al nivel futbolístico general, el propio Arena reconoció que el equipo tendrá que mejorar de cara a lo que resta del hexagonal de clasificación al Mundial del Rusia 2018.
Inclusive fue más allá, al asegurar que "debemos ser mucho mejores de lo que somos ahora", para luego reconocer también que el equipo marchaba de nuevo por el buen camino de la motivación y superación para alcanzar esa condición de mundialista.
Por su parte, Jamaica, con el exjugador Theodore Whitmore, como su nuevo seleccionador, confirmó, que al igual que Estados Unidos, mejoró en base a que volvió a sus orígenes futbolísticos y que no son otros que aprovechar al máximo su gran poder físico, ser disciplinados en el campo y sobre todo hacer una gran defensa.
Con esa armas, como reconoció el propio Whitmore, el equipo fue a más en la competición que para ellos es considerada como el auténtico Mundial, pero sin que dejasen nada extraordinario al concluir la Copa Oro.
Hicieron lo justo en la fase de grupos y en los cuartos y semifinales se encontraron que la gran revelación y figura del torneo, el arquero Andre Blake, primero les salvó de quedar eliminados ante Canadá y más milagroso estuvo frente a México con varias intervenciones que impidieron los goles del Tricolor, que aportó mejor fútbol como equipo.
Además también tuvieron la inspiración del defensa Kemar Lawrence que marcó el gol de oro en el momento decisivo que les puso en la final, en la que fueron inferiores a Estados Unidos en el nivel futbolístico.
Costa Rica, al margen de la eliminación, junto a México, que corrió la misma suerte, se presentaron como las dos selecciones que hicieron mejor fútbol y su pecado fue que no tuvieron gol en los momentos decisivos.
El combinado tico nunca pudo rendir al máximo debido a las lesiones y el entrenador Óscar Ramírez tuvo que trabajar con lo que le quedaba en la plantilla sin tener opción de buscar variantes a la hora de lograr el gol, que fue lo que le faltó.
México, al margen de todas las críticas recibidas, tuvo el potencial suficiente para haber llegado a la final y luchar por el título.
Cierto que no brilló con su juego de conjunto al no tener asimilado todavía el método del entrenador colombiano Juan Carlos Osorio de las rotaciones, que le faltó identidad en su fútbol, pero todo hubiese sido diferente si el remate de cabeza del delantero Erick Torres no se hubiese encontrado con la gran parada de Blake que evitó el gol en la semifinal frente a Jamaica.
Del resto de los 12 equipos participantes, destacar los 15 minutos del mejor fútbol que se vio en los soporíferos 20 días que duró el torneo, ofrecidos por Curazao al inicio de la segunda parte del partido frente a México.
Mientras que en el apartado individual, el francés Florent Malouda, aunque apenas jugó un partido polémico con Guayana Francesa frente a Honduras, fue el que demostró más clase individual de todo el torneo.

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