Una Recopa en la peña la Copeta
Un histórico que nunca morirá. El Real Zaragoza, a pesar de llevar unos años en Segunda División, tiene una historia amplia y llena de éxitos, entre las que destaca sus seis Copas del Rey, una Supercopa de España, una Copa de Ferias y una Recopa. Esta última brilla con luz propia. El 10 de mayo de 1995 para el aficionado zaragocista nunca será un día más en la historia, siempre será rememorado como una fecha en el que un equipo humilde, entre los que destacaba Esnáider, Nayim, Poyet o Miguel Pardeza entre otros, derrotaba a un histórico Arsenal que llegaba muy fuerte a este encuentro.
La marea maña se desplazaba en masa a París, al histórico campo del Parque de los Príncipes, para traerse un trofeo por el que soñaban. El partido fue bastante duro e igualado hasta que en el minuto 67, Esnáider volvía loca a toda la afición española con un gol de una belleza incuestionable. Lástima que la alegría durase tan poco, ya que los ingleses empataban sólo ocho minutos más tarde. El final fue soñado. Cuando la incertidumbre se instaló en los corazones aragoneses, las fuerzas flaqueaban y la sombra alargada de la tanda de penaltis parecía verse cada vez más cerca, Nayim marcó un gol que empujó toda Zaragoza, una pelota que llevaba una fuerza propia de un corazón maño, un puñetazo con el que tumbar a los gunners en una final soñada.
En la Avenida Gómez Laguna de Zaragoza, tiene su sede la Peña Zaragocista La Copeta, un lugar, al que según su presidente, Carlos López, van a cada partido “una cantidad de gente que va variando dependiendo del interés que pueda tener el partido, hemos llegado a estar hasta 40 personas o cerca de 50 en algún partido importante” y que está perfectamente decorado con pósters de su equipo y camisetas históricas que hacen sentir a cada seguidor `blanquillo´ como si de La Romareda se tratase.
Un partido con el que a su presidente no se le borra la sonrisa de la boca, es la final de la Recopa, un encuentro “que vivimos con mucha intensidad y que fue bastante disputado con el cero a cero en la primera parte, hasta que marcó Esnáider, un verdaderamente un golazo. Nos empataron rápido, a los siete u ocho minutos y ya cuando se acababa el partido, la prórroga… El final ni el mejor guionista lo hubiese pensado. En el último minuto cuando ya nadie esperaba nada, un zapatazo de Nayim que parece que va a las nubes y se cuela en la portería. Eso fue ya la alegría, te abrazabas con todos, con los de delante, con los de atrás…”
Estas hazañas y emociones son las que esperan seguir viviendo los socios de la Peña La Copeta y poder volver a vibrar con su equipo en Primera División. Las “avispas” están más vivas que nunca y con muchas ganas de pegar un picotazo definitivo a la Segunda División y poder volar lejos, muy lejos. ¿Por qué no soñar con volar por Europa?