Es Noticia

Kaliningrado, el enclave ruso que quiere romper su aislamiento con el Mundial

El enclave ruso de Kaliningrado, encajado entre Polonia y Lituania, dos países de la OTAN, quiere romper su aislamiento con el Mundial de 2018, ya que acogerá cuatro partidos y, con seguridad, a un equipo latino.Ignacio Ortega
"El objetivo es crear las condiciones para que el mundo sepa que hay un lugar en el mapa que se llama Kaliningrado, que es interesante, agradable y seguro", comentó Alexandr Rolbinov, vicepresidente del Gobierno local, a la prensa internacional.
Kaliningrado, que es víctima de las tensiones geopolíticas entre el Kremlin y la Alianza Atlántica, no tiene frontera terrestre con el resto de Rusia y sus habitantes sólo pueden viajar a su país en avión o en carretera, en este caso con un salvoconducto.
Con la excepción de las cuatro ciudades que acogieron la Copa Confederaciones (Moscú, San Petersburgo, Kazán y Sochi), este enclave báltico es el que va más adelantado en las obras de construcción del estadio y las infraestructuras adyacentes.
Con más de 35.000 asientos de aforo, el Estadio Kaliningrado se encuentra en una isla (Oktiabrski) de unas 130 hectáreas situada en el corazón de la ciudad que tuvo que ser drenada a conciencia, ya que era un pantano.
Como pudieron comprobar los periodistas que participan en la gira organizada por la FIFA por las ciudades sede del Mundial, la hierba ya ha sido colocada y está en perfecto estado, algo que no ocurre en otros estadios que acogerán los octavos o cuartos de final del Mundial de Rusia.
En veinte minutos los aficionados pueden llegar al estadio andando, tras cruzar los puentes tendidos sobre los canales que unen la isla al resto de esta ciudad de medio millón de habitantes.
"Se podrá llegar en coche, autobús, bicicleta, patines o silla de ruedas", subrayó Rolbinov.
De hecho, según comentaron las autoridades locales, la inauguración podría tener lugar ya en marzo del próximo año, cuando el resto de estadios tendrá que esperar a mayo.
Uno de los motivos es el clima, ya que este pequeño territorio bañado por el mar Báltico tiene unos veranos suaves y lluviosos, por lo que el calor no será un problema para los futbolistas.
"Si no te gusta el tiempo en Kaliningrado, espera quince minutos", dice el refrán popular en alusión al caprichoso clima báltico.
Esa es una de las ventajas de la ciudad, ya que en el resto de sedes del torneo, con la excepción de San Petersburgo, las temperaturas rondarán los 30 grados en junio.
Varios equipos, entre ellos Suecia o Brasil, ya han inspeccionado las instalaciones con vistas a concentrarse en Kaliningrado durante la competición.
Kaliningrado, que es visitada anualmente por más de un millón de personas, espera recibir unos cien mil visitantes más durante el Mundial, entre ellos muchos alemanes, polacos y de los tres países bálticos, independientemente de las sanciones y de los temores de los países vecinos al expansionismo ruso.
Y es que este enclave fue territorio alemán hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando la Unión Soviética se quedó con el territorio como trofeo y le cambió el nombre de Konisberg por el de Kaliningrado, en honor al revolucionario Mijaíl Kalinin.
Un viaje a la nostalgia es el que hacen muchos alemanes, no en vano el enclave es donde nació, vivió y murió el famoso filósofo germano Immanuel Kant, cuya tumba puede ser visitada por los turistas junto a la catedral local.
Para romper su aislamiento, las autoridades explicaron que han reanudado los vuelos desde Varsovia, al tiempo que han aumentado las conexiones con Berlín, Praga, San Petersburgo o Moscú.
También se puede llegar en carretera a través de territorio polaco -tres horas desde Gdansk- o en barco desde el sur de Europa, el Reino Unido o Escandinavia.
El gobernador de Kaliningrado, Antón Alijánov, el más joven de Rusia a sus 30 años, destacó que también espera atraer a muchos aficionados latinoamericanos, para lo que las agencias de turismo están preparando paquetes especiales e instruyendo a intérpretes.
Alijánov explicó que todo se debe a la profunda huella que dejaron los hinchas chilenos en la pasada Copa Confederaciones, donde miles de aficionados de La Roja siguieron fielmente a su equipo durante las más de dos semanas que duró el torneo.
En cuanto a posibles atentados terroristas, una amenaza muy latente últimamente en diferentes acontecimientos deportivos, las autoridades destacaron que la Flota rusa del Báltico y sus cazas garantizan la seguridad de las fronteras y de los visitantes.
La ciudad, que fue prácticamente barrida del mapa durante la contienda mundial, conserva su pasado alemán, mezclado con el legado soviético, aunque las autoridades intentan recuperar ahora la arquitectura típica prusiana.
Kaliningrado es famosa por ser la capital del ámbar, una piedra de origen vegetal que se ha convertido en la seña de identidad del enclave y que puede encontrarse en cada esquina.
Entre partido y partido, los aficionados podrán bañarse en sus espectaculares playas de arena blanca, algunas de ellas situadas en el espectacular cordón litoral que comparte con Lituania y que le defiende de los embates del hosco Báltico.

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar