Lo que ha sucedido este miércoles en el Estadio Municipal de La Albuera ha sido cuanto menos curioso. La Ponferradina visitaba a la Gimnástica Segoviana en un duelo trascendental de cara a las posiciones de descenso, pues los dos conjuntos ocupan la 18º y 19º posición, respectivamente, tras un inicio de campaña en el que ninguno llegaba aún a los 10 puntos.
La situación de ambos clubes otorga aún más trascendencia a los sucedido en el final del partido. El marcador no se había movido tras más de 90 minutos con el balón en juego cuando un jugador de la Ponferradina, desde el costado derecho, colgaba el balón al área a la desesperada. Era la última ocasión del partido.
El balón aéreo fue peinado por un defensa de la Gimnástica antes de que llegara a los pies de Andy, el delantero de la Ponferradina. El jugador controló el balón cuando escuchó un primer silbido del árbitro, picó el balón ante la salida del portero y, justo cuando la pelota entraba en la red, el colegiado hizo sonar su silbato dos veces más. Había decretado el final del partido.
La indignación se apoderó de los jugadores de la Ponferradina, que se lanzaron incrédulos hacia el colegiado. En el banquillo se echaban las manos a la cabeza y no se creían lo que acaba de pasar. "Justo cuando golpeo escucho el pitido del árbitro, si lo hubiera oído antes, ni tiro", declaró Andy en la Cadena Cope. Una jugada insólita que el delantero tardará en olvidar y que podría ser clave de cara al descenso a final de temporada.