El uruguayo Gustavo Poyet, que hoy fue presentado como nuevo entrenador del Girondins de Burdeos, reconoció que su nombre ha sorprendido a los aficionados, a quienes quiere seducir a base de buenos resultados."La mejor forma de seducir a los aficionados es ganar partidos. Es difícil dejar tu impronta enseguida. No podemos cambiarlo todo de golpe", dijo el entrenador en su rueda de prensa de presentación.
Poyet reconoció que su experiencia en el Betis español "no salió bien", pero defendió su trabajo en otros clubes.
"En el AEK de Atenas hicimos algo importante y todo el mundo pensaba que me quedaría. En el Sunderland tomé el club en posición de descenso y no bajamos", recordó.
El uruguayo dirigió además el Brighton, al que llevó de la Tercera división inglesa a la Segunda, y al Shangai Shenhua, donde fue despedido en septiembre pasado.
Poyet indicó estar "muy feliz" de haber firmado por el Girondins, y aseguró que tiene la intención de apoyarse en los jóvenes del club y de hacer un juego a partir de la posesión del balón.
El técnico estará secundado por el argentino Mauricio Taricco y por el exjugador brasileño del club Fernando Menegazzo, en quien dijo tener una gran confianza para mostrarle los detalles de la entidad, la afición y el equipo.
Poyet fue el elegido para sustituir a Jocelyn Gourvennec, destituido por los malos resultados, y su nombre fue preferido al de otros técnicos, como Elie Baup, Fréderic Antonietti, René Girard y, sobre todo, Michel Peud'homme. Se convertirá en el segundo técnico no francés del club desde 1999, tras el brasileño Ricardo entre 2005 y 2007.