Perú llega a Rusia para disputar su primer Mundial en 36 años
La selección de Perú llegó hoy a Rusia procedente de Suecia para disputar su primer Mundial en 36 años, ya que su última aparición mundialista fue en España 82.La Blanquirroja aterrizó en Moscú, donde fue recibida por un numeroso público pese a que las temperaturas son inusualmente bajas, incluso para el verano moscovita.
En una muestra de la emoción del momento, la delegación peruana al completo posó en la misma pista con la tripulación del avión que les trajo a la capital rusa desde Gotemburgo.
De inmediato el plantel peruano se desplazó al hotel de concentración, que se encuentra en las inmediaciones del aeropuerto internacional Sheremétievo, en las afueras de Moscú.
El primer entrenamiento, que será abierto a prensa y aficionados, tendrá lugar mañana por la mañana en el estadio de Khimki.
La propia FIFA no dudó en dar la bienvenida a la selección latinoamericana con imágenes de sus jugadores descendiendo por la escalerilla.
Entre ellos, figuraba Jefferson Farfán, la estrella del Lokomotiv Moscú, que se proclamó esta temporada campeón de liga por vez primera en doce años con una gran aportación de la "foca".
También destacó Paolo Guerrero, que finalmente podrá disputar el Mundial tras recibir el beneplácito de la FIFA, y el técnico de la selección nacional, Ricardo Gareca.
Precisamente, Farfán y Guerrero fueron la pareja atacante en el último partido amistoso disputado ayer en Gotemburgo ante Suecia, que acabó con empate sin goles.
En 1982 Perú recaló en un grupo que incluía a Italia, Camerún y Polonia, y fue apeada en la primera fase pese a tener un gran equipo tras empatar con los dos primeros y caer ante los eslavos.
En esta ocasión, los peruanos debutarán el 16 de junio ante la correosa Dinamarca en Saransk tras lo que deberá enfrentarse a Francia, la gran favorita del Grupo C, y a Australia.
Los peruanos llevan quince partidos sin perder, pero los daneses, entre los que destaca el jugador del Tottenham, Eriksen, suman también una racha de trece encuentros sin conocer la derrota.