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A punto de cumplir 38 años, el controvertido Güiza celebra un nuevo ascenso

Cádiz, 25 jun .- El controvertido delantero Dani Güiza, campeón continental con la selección española hace diez años en la Eurocopa de Austria y Suiza 2008, celebra a punto de cumplir 38 años un nuevo éxito en su amplia carrera como futbolista al ascender a Segunda B con el Atlético Sanluqueño.

El 'Pichichi' de la Liga española de la temporada 2007-2008, nacido en Jerez de la Frontera en 1980, estira sus últimos momentos como futbolista profesional en Sanlúcar de Barrameda, donde encontró hace pocos años la tranquilidad entre viñas y vistas privilegiadas frente a Doñana, desde ese emporio gastronómico situado en Bajo de Guía, en plena desembocadura del Guadalquivir.

Daniel González Güiza aprendió a jugar al fútbol en la calle, adquiriendo desde pequeño esa picardía que no dan las escuelas desde su primer equipo, el Liberación, de una humilde barriada jerezana: el fútbol del hambre, el de la esperanza por dejar a un lado una vida con limitaciones y, en ocasiones, marginal.

En aquella década de los noventa, Güiza llamaba la atención a sus escasos 11 añitos. El presidente del Liberación, el tenaz Paco Franco, ya lo decía: "Este chaval va a llegar lejos". Y es que el delantero hacía goles a espuertas.

No tardó en llamar la atención del Xerez Deportivo para seguir creciendo como futbolista, uniendo a su fútbol potrero, de la calle, las necesarias nociones tácticas que precisaba para llegar al fútbol de élite.

Con 18 años debutó en el primer equipo xerecista, que entonces militaba en Segunda B, y en sólo dieciséis partidos demostró que sus aspiraciones eran más altas. Lo fichó el Mallorca, para debutar en la máxima categoría estrenado el nuevo siglo en un partido frente al Espanyol.

Su fútbol empezó a ceder ante el empuje de ciertas vicisitudes extrafutbolísticas y en cuatro temporadas sólo jugó siete partidos con el primer equipo bermellón, pasando la mayor parte del tiempo en el filial.

Salió de la entidad rumbo a Huelva, donde Lucas Alcaraz no se encontró al Güiza que había conocido años antes tras jugar cedido por el Xerez en el Dos Hermanas. El Barcelona B fue su siguiente destino, pero allí ni por asomo pensaron en él como futuro jugador para la primera plantilla del Barça.

Con 23 años, parecía carne de cañón, hasta que Enrique Pina lo presenta como "el jugador más golfo de España" y le da la oportunidad de jugar en Segunda A en el Ciudad de Murcia.

Con 36 goles en dos temporadas, se ganó el fichaje por el Getafe. Vuelve a Primera por la puerta grande y ofrece un rendimiento enorme, con noche soñada incluida ante todo un Barcelona para golear en semifinales de Copa (4-0).

El Mallorca vuelve a reclutarlo y a base de goles, Güiza le devuelve el voto de confianza a los baleares. Logra veintisiete tantos y aún puede presumir de ser el último futbolista español ganador del trofeo al máximo goleador de Primera División.

En su año más prolífico, logra la Eurocopa con España, dándole un excelente rendimiento al entrenador que más influyó en su carrera deportiva: Luis Aragonés.

Es traspasado al Fenerbahce de la liga turca, a la que no termina de adaptarse, iniciando entonces un deambular por diferentes equipos como Getafe, Johor de Malasia y Cerro Porteño paraguayo.

Casi siempre envuelto en la polémica, en el verano de 2015 Güiza fichó por el Cádiz. En su día había renegado del club cadista por su pasado en el Xerez pero un salario importante para Segunda B le hizo rectificar mientras era abucheado por una afición a la que se metió en el bolsillo después con goles y asistencias.

El que logró en 2016 fue su penúltimo ascenso, con el Cádiz a Segunda División. Dos años después, Güiza, ese delantero tan díscolo como a la vez genial, ha vuelto a subir con otro equipo, el Sanluqueño.

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