El Leganés pierde un pulmón
Carlos Mateos Gil
Madrid, 28 ago .- El Leganés ha dicho adiós a la que quizás haya sido una de las piezas claves para entender el progreso del equipo durante el último lustro, el centrocampista brasileño Gabriel Appelt Pires.
Tres campañas ha pasado en el club antes de poner rumbo al Benfica portugués y, pese a que su salida ha decepcionado a algunos por la actitud que ha mostrado el jugador durante las últimas semanas, su aportación en el campo desde su llegada ha sido indudable.
Gabriel aterrizó en Butarque como cedido procedente de la Juventus de Turín. Los blanquiazules, que habían logrado la permanencia con holgura en su retorno a la categoría de plata del fútbol español el curso anterior, optaron por él entre las varias alternativas que ofrecía el conjunto italiano. Y el tiempo ha demostrado que no se equivocaron.
Sin oportunidades en la 'Vecchia Signora', a su corta edad había encadenado diversos préstamos en clubes del país transalpino sin terminar de asentarse en ninguno. Pese a ello no había dudas en torno a su potencial y fue Asier Garitano quien consiguió explotarlo al máximo.
Móvil sobre el césped, sus características permitían situarle más cerca del ataque o bien como mediocentro. De lo que no dudó el técnico encargado de cincelarle era de que tenía un excelente talento entre manos y poco tardó en darle una titularidad acompañada de galones.
La respuesta fue acorde a esa confianza. Tanto él como sus compañeros evolucionaron con el paso de la temporada y acabaron sellando el ascenso a Primera, hito que nunca antes había alcanzando la entidad en su historia.
En ese trayecto Gabriel se convirtió en uno de los jugadores sorpresa del segundo escalón español, dejando grandes actuaciones y siete goles. Uno de ellos, el anotado ante el Oviedo en un complicado partido en el Carlos Tartiere, aún se recuerda.
Muchos fueron los que llamaron aquel verano a la puerta pero su voluntad de quedarse en la localidad madrileña y el esfuerzo del club por retenerle en propiedad se fusionaron para lograr su continuidad.
No acusó en cambio el brasileño el salto de categoría. De hecho demostró estar capacitado para el reto. Con Rubén Pérez a su lado ambos formaron un tándem que aportaba una enorme solidez al once, capacidad para distribuir pero al mismo tiempo muy buenas prestaciones a la hora de recuperar el esférico.
El 'ocho' blanquiazul se reveló entre los grandes como un futbolista solvente por alto, dispuesto a asumir riesgos con el balón en los pies, efectivo en el cuerpo a cuerpo y no exento de llegada al área contraria.
Así se explican sus once tantos en dos temporadas, algunos de ellos espectaculares como el que anotó de falta ante el Barcelona o el que le hizo desde el centro del campo al Betis en el estadio de Butarque.
Ninguno de ellos superó en importancia al que anotó en uno de los encuentros que ya es historia para el Leganés. Con el brazalete de capitán encima, Gabriel logró de cabeza en el Santiago Bernabéu el 1-2 que permitió a los suyos eliminar al Real Madrid de la Copa del Rey y plantarse en semifinales del torneo.
Toda una gesta que dio la vuelta al mundo e hizo resonar aún más su nombre. De apariencia introvertido pero competitivo y voluntarioso, los leganenses albergaban la idea de poder seguir contando con sus servicios.
Pero la salida de su principal valedor y la oferta de un club de renombre como el Benfica apagaron esas esperanzas. Ahora se marcha dejando unos importantes ingresos en las arcas, como lo hiciera hace semanas el lateral izquierdo Diego Rico. Ambos son el ejemplo de que el Leganés es un excelente lugar para crecer y progresar.