El ex presidente del Deportivo de la Coruña Augusto César Lendoiro propone para poner fin al polémico "caso Miami" celebrar en esta ciudad estadounidense la Supercopa en vez del partido Girona-Barça de LaLiga Santander, y de esta manera "gana el fútbol".
El veterano ex dirigente tiene claro que "en el fútbol español cada día que pasa la foto de la unión, que desde hace años se anhela, está más lejana", y el último ejemplo es el "caso Miami", que ha enfrentado a Tebas con el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Raubiales.
Unos medios se han posicionado a favor de la propuesta de Tebas, quien considera que el Girona-Barça en Miami "contribuiría a mejorar la imagen y los ingresos del fútbol español", y otros en contra, bajo la teoría de que supondría un "eco internacional en favor del independentismo".
Una tercera posición es la de quienes "se limitan a informar y aguardan expectantes la decisión definitiva que adopten la Federación, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y el Gobierno".
"Yo propondría una cuarta vía, la de un imaginario 'gobierno de concentración'. Defendería la legalidad, incluiría las ventajas de la tesis de la patronal; silenciaría el altavoz internacional secesionista; ratificaría el derecho de los abonados del Girona y evitaría el choque entre RFEF y LFP", afirma Lendoiro.
Argumenta que "Tánger, una vez subsanados los defectos legales del pasado verano, puede servir como ejemplo porque, si existió entonces sintonía entre Federación, Liga y AFE para disputar la Supercopa en el extranjero, no tiene por qué no suceder ahora lo mismo".
Para llevar la Supercopa a Miami "tan sólo se necesita modificar, en Asamblea de la RFEF, su reglamento permitiendo disputarla desde 2019 a partido único en terreno neutral, bien en España o en el extranjero, entre los equipos Campeones de Liga y Copa del Rey, y así poner en el escaparate internacional lo mejor del fútbol español", destaca Lendoiro.
Lendoiro considera que con esa decisión "gana el fútbol" y ganan todos: La Liga, los clubes, la Federación y la Marca España.
Pero advierte de que, pese a las ventajas, "uno no puede ser optimista". A su juicio, "la partida ya ha comenzado y los jugadores ni se miran. Uno, Rubiales, sonríe, lleva las cartas -tiene todos los ases en la mano- y otro, Tebas, va de farol, pero tiene los cuartos. Se da cuenta que el terreno que pisa es de arenas movedizas, pero haciendo honor a su condición de baturro persiste en su farol".