Un penalti atajado a Marcelo Gallardo, el hoy entrenador de River Plate, le abrió a Óscar Córdoba el camino para convertirse en uno de los ídolos de Boca Juniors.
El cobro que le detuvo al 'Muñeco' ocurrió en el superclásico jugado el 25 de octubre de 1998 en el estadio Monumental y le valió a Boca para empatar 0-0 en el campo de su más enconado rival.
Pese a que solo tenía 28 años en aquella fecha, Córdoba aguantó el remate de Gallardo con la sapiencia de un veterano de mil batallas, se estiró al palo izquierdo de su portería y ahogó el grito de gol de la hinchada 'millonaria'.
"El mejor recuerdo, y lo que con más cariño recuerdo, es el penalti atajado a Gallardo en la cancha de River, porque ese fue el que me consolidó con la hinchada de Boca", contó a Efe el exportero colombiano.
Esa atajada fue clave para que Córdoba continuara trazando una historia que bordó con ribetes de oro al ganar con Boca Juniors dos títulos de la Copa Libertadores, uno de la Copa Intercontinental tres de la liga argentina, que lo convirtieron en uno de los jugadores más importantes del club de la ribera.
Ante River Plate, sin embargo, aquel del penalti no fue el único momento inolvidable defendiendo la portería de Boca para el ahora comentarista de fútbol en televisión, pues en el torneo Apertura de 2001 realizó tres atajadas consecutivas, también en el Monumental, que se quedaron en la retina de los aficionados 'xeneizes'.
Córdoba llegó al conjunto auriazul en 1997 procedente del América de Cali, club con el que perdió la final de la Copa Libertadores del año anterior contra River.
El colombiano fue elegido por la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS) como el segundo mejor arquero del mundo en 2001, solo por detrás del alemán Oliver Kahn.
Es por eso que Córdoba es una voz autorizada para hablar de Boca Juniors y del Superclásico, más aún del que librarán en partidos de ida y vuelta por el título de la Libertadores de este año en una inédita final.
"Yo creo que lo mejor para acabar el ciclo de Copa Libertadores con partidos de ida y vuelta en una final es un clásico de esta índole, sin precedentes, es un cierre con lujo de detalles, un superclásico histórico del continente", afirmó el exarquero.
Desde el próximo año, la Libertadores tendrá un solo partido en la final y será en una sede fija, previamente establecida por la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), al estilo de la Liga de Campeones de Europa.
Por lo tanto, Córdoba considera que Boca debe hacer la diferencia en la Bombonera, donde se jugará este sábado el encuentro de ida, y luego darle "manejo" al de vuelta, a disputarse el 24 de noviembre en el Monumental.
Sobre la cancha de River, el exportero aseguró que "por la lejanía del público" se sentía "totalmente aislado" cada vez que jugaba allí, mientras que en la Bombonera se vivían momentos especiales por "la cercanía" de la gente.
"La Bombonera es muy especial, en el Monumental por la lejanía del público pues uno se siente totalmente aislado, contrario a la Bombonera, por la cercanía, pero igual se mantiene la importancia del partido en el terreno de juego", concluyó Córdoba.