Juan José Lahuerta
Madrid, 15 nov .- A más de 4.000 kilómetros de distancia, en Malabo, la capital de Guinea Ecuatorial, un entrenador español, Ángel López, comenzó en septiembre una nueva etapa de su carrera en los banquillos tras coger las riendas de una selección que pelea por salir del ostracismo internacional.
Con sólo 35 años, el técnico madrileño tiene el honor de ser uno de los cuatro españoles que dirigen a una selección extranjera. Está a la altura de Félix Sánchez, entrenador de Catar, de Roberto Martínez, preparador de Bélgica, y de Felipe Vera-Arango, seleccionador de las Islas Salomón.
Por delante, Ángel tiene un reto enorme: impulsar el fútbol de un país que nunca ha disputado un Mundial y que sólo ha participado en dos Copas de África, las que organizó en 2012 y 2015. En la primera alcanzó los cuartos de final, mientras que en la segunda, que cambió de sede en el último momento por el temor a la expansión de una epidemia de ébola en Marruecos, fue cuarta.
Esos son los mejores registros de un país con poco más de un millón de habitantes y que ocupa el puesto 146 en el ránking FIFA. Ahora, su clasificación para la próxima edición de la Copa África de Camerún 2019 es complicada porque Guinea Ecuatorial es tercera del Grupo A con tres puntos a siete de distancia de Madagascar y de Senegal. Quedan dos jornadas y se clasifican los dos primeros.
El próximo sábado, Guinea Ecuatorial se enfrentará a Senegal en un partido clave que decidirá el futuro del combinado de Ángel López, que, de momento, ha dirigido a su selección tres veces con una victoria ante Sudán y con dos derrotas frente a Madagascar.
"Tenemos el objetivo de jugar la Copa África por méritos propios. Tiene que ser a medio plazo. Cuando cogí al equipo en septiembre, la fase de clasificación para Camerún 2019 estaba iniciada y la lista estaba hecha. Todo fue muy rápido, pero tuvimos el buen resultado de ganar a Sudán, que ha ilusionado a mucha gente porque llevaban un tiempo sin ganar un partido oficial", dice Ángel López a EFE.
"Ahora hemos tenido una doble derrota, 0-1 y 1-0 con Madagascar que nos ha perjudicado mucho la clasificación. Pero, objetivamente, tenemos que aspirar a la Copa África de Costa de Marfil 2021", añade
RUMANÍA, CHINA, DUBAI, ESPAÑA Y GUINEA
Hasta llegar a esos tres primeros partidos al frente de Guinea, Ángel López ha tenido que completar un duro proceso de trabajo en el que nadie le ha regalado nada. Primero, fue futbolista, aunque pronto decidió hacerse preparador físico. Con esa responsabilidad trabajó en el Coslada, en el Inter Madrid, en el San Fernando, en el Getafe B y en el Getafe .
Después, cambió de dirección y se orientó hacia los banquillos y, hasta llegar a Guinea Ecuatorial fue segundo entrenador de Cosmin Contra en el Petrolul Ploiesti rumano y en el Guangzhou chino. De ahí, ayudó a Miroslav Djukic en el Al Shabab de Dubai y después se hizo cargo del Recreativo de Huelva.
Pero, desde hace tiempo, planeaba la opción de Guinea Ecuatorial. En 2016 dio una charla técnica en la escuela de entrenadores y un alumno guineano con contactos en su federación se dio cuenta del potencial de Ángel López. Ese año, tuvo el primer contacto con dirigentes del país africano y, durante casi 600 días, trabajó duro para conseguir una oportunidad.
"No me han cogido porque sí. Me han cogido porque he presentado muchos proyectos. Han visto que había algo más que un simple entrenador. Han visto que tenían una formación que puede que no tengan los demás. Me ha costado mucho. He insistido, he viajado, me he reunido... ha sido un trabajo duro, pero a la vez han sido valientes".
BUENAS INFRAESTRUCTURAS, IRREGULAR ORGANIZACIÓN
En sus dos primeros meses al frente de Guinea Ecuatorial, Ángel López se ha encontrado algunas facilidades y varias dificultades. Las instalaciones, en general, son buenas, con dos estadios de calidad en Malabo y en Bata y campos de entrenamiento aceptables. Pero falta modernizar un fútbol que tiene una liga local que no es profesional y unas estructuras técnicas que brillan por su ausencia.
"Mi desgaste principal es revalorizar lo que es jugar para Guinea Ecuatorial. Hay jugadores muy buenos que, o no quieren venir porque consideran que hay un nivel inferior, o, si vienen, lo hacen como para hacerte un favor porque juegan con Guinea. A mí eso no me gusta. Quiero que el que venga, sepa que viene a lo máximo, a representar a un país", explica.
"No había bases de datos de jugadores y he tenido que trabajar a nivel autodidacta para ponerme al día. Estoy creando una base de datos y una estructura que quiero dejar para los futuros seleccionadores. Que se note un legado. Me he encontrado el vacío más absoluto", agrega.
El futbolista guineano, pese a jugar en una liga local, tiene posibilidades. Hay buena materia prima, como asegura Ángel. Sólo falta explotarla bien y estimularla. Poco a poco, el técnico español quiere conseguir profesionalizar el torneo local y que los jugadores de la selección procedan en su mayoría de la Liga del país africano.
De momento, el grueso de los hombres convocados por Ángel López vienen de ligas europeas como la griega, la chipriota, la eslovena, la macedonia o de los filiales de grandes clubes españoles como el Getafe o el Atlético que participan la Segunda División B.
"Hay que profesionalizar el fútbol a nivel local. Si no lo logramos, es muy difícil que salgan jugadores. Al final, luego no se identifican con el país. Mi objetivo, aparte de centrarme en la absoluta, es mejorar a los entrenadores y a los preparadores físicos locales para intentar hacer una liga local fuerte. Hay que revalorizar lo que es jugar para Guinea. Que el que venga, venga con mucha ilusión. Quiero que sea lo máximo".
GUINEA, UN PAÍS HERMANO
Ángel López ha pasado de necesitar traductores en Rumanía, China y Dubai a hablar español sin intermediarios en un país africano. Es un alivio para el técnico español, que por fin puede transmitir sus ideas con facilidad. Y es que Guinea Ecuatorial fue colonia y provincia española y se independizo hace 50 años, un 12 de octubre de 1968.
"Hay buen concepto de los españoles. Hablan igual, con los mismos dichos y expresiones. Estamos encantados porque no estoy acostumbrado a hablar en español en el extranjero. Tienen mucha cercanía con todo lo español. Ellos viajan constantemente a España, hay vuelos directos a Madrid todas las semanas y van llenos. Hay muchos lazos de unión", afirma.
Bajo una República presidencialista dentro del marco de una dictadura militar dirigida por Teodoro Obiang, Ángel no ha sentido ninguna presión gubernamental para conseguir objetivos rápidos que ilusionen al pueblo. De momento, su trabajo es libre en un país que ya le reconoce por la calle y que vive el fútbol con pasión.
Los estadios rozan el lleno en los partidos de la selección, las tertulias futbolísticas, en las que Ángel participa, están a la orden del día. El fútbol atrae a la población en un marco en el que hay contrastes.
"La verdad que a nivel más social, se ven como en cualquier país, como me pasó en Rumanía, en Dubai o en China, zonas con un nivel de vida muy alto y otras zonas más desestructuradas. Pero no vas a la nada más absoluta. Quizá tenemos una idea de que vas allí y no hay ni carreteras. Y no es así".
Al final, el fútbol une a toda la población, la más pudiente y la más necesitada. España, es un país querido y toda Guinea gritó al unísono el gol de Iniesta en el Mundial de Brasil. Ahora, al frente de la selección hay otro español con el que esperan celebrar el pase por méritos propios hacia una Copa de África. Se llama Ángel López y es la esperanza para cumplir los sueños de Guinea Ecuatorial.