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España, eliminada de la fase final, un equipo de extremos

Ramos y Aspas, en el tercer gol de Inglaterra.
Roberto Morales

La selección española acabó segunda del Grupo 4 la primera edición de la Liga de las Naciones, fuera de la fase final y sin opciones de pelear por el título, tras condenar en las dos últimas jornadas, con derrotas ante Inglaterra y Croacia, su esperanzador inicio.

La llegada de Luis Enrique Martínez al cargo de seleccionador, tras la corta aventura de Fernando Hierro en el Mundial 2018, no pudo tener un mejor inicio en la Liga de las Naciones y un peor final, dependiendo del resultado del Inglaterra-Croacia de Wembley, clasificada en buena parte del partido y apeada a seis minutos del final por un tanto ganador de Harry Kane.

El estreno oficial de Luis Enrique llegaba en el emblemático Wembley, ante una de las selecciones que despuntaron en la gran cita de Rusia como Inglaterra. España, en pleno cambio generacional tras el adiós de más integrantes de su 'generación de oro' como Andrés Iniesta, Gerard Piqué o David Silva, comenzó dando un golpe de autoridad para hacer renacer antiguas ilusiones.

Con la apuesta por Marcos Alonso en el lateral izquierdo y Saúl Ñíguez en el centro del campo, que estuvo en el Mundial y no tuvo minutos, la Roja asaltó Wembley con la personalidad de dar la vuelta a un marcador que se le puso en contra (1-2).

A los diez minutos Rashford adelantaba a Inglaterra y provocaba la reacción de orgullo de una España que se tomó muy en serio la Liga de las Naciones. Saúl, en acción de Rodrigo con pase atrás y aparición desde segunda línea, empataba dos minutos después y el propio Rodrigo a la media hora de partido sacaba oro de una acción a balón parado para dar el triunfo a la Roja.

El paso firme de una España que sintió la clasificación en su mano llegó con una histórica goleada a la subcampeona del mundo Croacia. Exhausta y desgastada físicamente tras lo protagonizado en Rusia, la selección de Luka Modric fue un juguete y recibió un severo castigo. Un 6-0 con goles de Saúl, Marco Asensio, Rodrigo, Sergio Ramos, Isco y Kalinic en propia puerta, que abría una herida que se cerraría en Zagreb dos meses después.

Novedades como José Luis Gayá en el lateral izquierdo, Dani Ceballos tomando el mando y Marco Asensio en el tridente ofensivo, encajaban a la perfección. El crecimiento de un grupo nuevo de jugadores y la entrada de jóvenes relevos marchaban por el mejor de los caminos en las apuestas de Luis Enrique.

Todo se torció el día que esperaban firmar el pase a la fase final de la Liga de las Naciones. En Sevilla y ante Inglaterra. Con una primera parte horrible, los peores minutos con el nuevo seleccionador, que fue duramente castigada con el fútbol directo y repleto de acierto. Un doblete de Sterling y un tanto de Rashford en una lección de fútbol del punta Harry Kane devolvían en media dolorosa hora de juego a España a su actual realidad.

La única novedad en el once era obligada por lesión de Dani Carvajal, con la entrada de Jonny en el lateral derecho. La reacción de orgullo del segundo acto no fue suficiente y la selección española se quedaba cerca del empate con tantos de Paco Alcácer en su regreso y Sergio Ramos (2-3).

España quedaba condicionada a jugarse todo a una carta en casa de un rival herido como Croacia. Y en Zagreb no estuvo a la altura de una 'final'. De nuevo víctima de sus propios errores, con fallos individuales en los tres tantos de una noche que le dejó con la única posibilidad de clasificación en un empate en Wembley entre Inglaterra y una renacida selección croata.

Fue cuando Luis Enrique probó más novedades, condicionado en defensa por la baja de Carvajal apostando por Sergi Roberto en el lateral, que regaló el primer tanto. En un 'casting' de centrales con turno para Íñigo Martínez y el regreso cuatro meses después de Jordi Alba tras ser descartado las dos primeras convocatorias.

España reaccionó a los golpes empatando con tantos de Ceballos y Ramos de penalti hasta que hincó la rodilla en el teimpo añadido con un error de David de Gea (3-2).

Así cerró su primera Liga de las Naciones, con dos victorias y dos derrotas en los cuatro partidos jugados, capacitada para ganar a cualquier selección y de perder también. Sin termino medio, como muestra el hecho de que es la más goleadora de todos los grupos con 12 tantos y la más goleada con siete.

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