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Las lesiones de ligamento cruzado son ocho veces más frecuentes en las mujeres

Valencia, 30 nov (EFE).- Las lesiones de rotura de ligamento cruzado en futbolistas son ocho veces más frecuentes entre las mujeres que entre los hombres, por lo que la mejor forma de reducirlas, consideran los especialistas, es aplicar un trabajo preventivo de fuerza individualizado y personalizado en las plantillas de los equipos femeninos.,Así lo han señalado en declaraciones a EFE la ex futbolista profesional y licenciada en Ciencias de la Actividad Física Tere Saurí y la médico del Levante

Valencia, 30 nov .- Las lesiones de rotura de ligamento cruzado en futbolistas son ocho veces más frecuentes entre las mujeres que entre los hombres, por lo que la mejor forma de reducirlas, consideran los especialistas, es aplicar un trabajo preventivo de fuerza individualizado y personalizado en las plantillas de los equipos femeninos.

Así lo han señalado en declaraciones a EFE la ex futbolista profesional y licenciada en Ciencias de la Actividad Física Tere Saurí y la médico del Levante Femenino, Irene Montoro.

Las lesiones de rodilla, en especial la rotura del ligamento cruzado anterior (LCA), figuran entre las más repetidas en el fútbol femenino.

Uno de los casos más llamativos es el del Valencia Femenino, que tiene seis jugadoras con lesiones en esta zona: Naiara Beristain, Andrea Esteban, Alejandra Serrano, Paula Nicart, Cristina Cubedo y Anair Lomba.

Tras jugar al fútbol hasta los 38 años, Saurí completó un máster en Prevención y Readaptación de Lesiones en la Universidad Católica de Valencia y dedicó, en 2017, el trabajo de fin de máster a un estudio para minimizar el riesgo de rotura del LCA en el fútbol femenino.

"El principal problema es la falta de un entrenamiento preventivo e individualizado de fuerza, incluso en equipos de la Liga Iberdrola", señaló.

"Las mujeres son hasta ocho veces más propensas a sufrir estas lesiones por factores anatómicos, al tener un menor diámetro de LCA o un ángulo Q más elevado. Además", añadió, "existen factores hormonales, ya que durante la fase ovulatoria, es decir, a la semana de haber terminado la menstruación, existe mayor laxitud ligamentosa".

La rotura de LCA ataca más a las jugadoras más jóvenes, de edades entre 15 y 20 años.

Saurí recordó los casos de cinco casos de jugadoras noveles de la Liga Iberdrola que han sufrido esta lesión desde el inicio de la presente temporada: Maite Oroz (20 años), Paula Sancho (19 años), Cristina Cubedo (19 años), Blanca Moreno (21 años) y Andrea Esteban (22 años).

La médico del Levante, Irene Montoro, que en la actualidad trata la recuperación de la futbolista Andrea Palacios tras haberse roto este año el LCA, coincidió con Saurí en estos factores y apuntó también a la alimentación como factor clave durante la menstruación.

"Hay evidencias claras de que el momento del ciclo menstrual aumenta el riesgo de sufrir lesiones musculares, ligamentosas o tendinosas. Este ciclo, además, está ligado a la alimentación, que si es inadecuada y no cumple con las necesidades energéticas diarias, puede provocar alteraciones que también aumentan el riesgo", indicó Montoro.

Aunque estos factores no pueden cambiar en la mujer, Saurí aseguró que existen otros de tipo biomecánicos, como la mayor activación del cuádriceps respecto al isquiotibial en el salto y aterrizaje, o la menor flexión de rodilla y cadera en el aterrizaje, que son "mejorables" a base de un trabajo preventivo.

"Son mujeres que entrenan y compiten como profesionales, pero ese déficit de fuerza por el hecho de que son mujeres no se trabaja. Esta lesión se previene cuando está sana la jugadora, pero en los equipos no tienes ese readaptador preventivo de fuerza que sea capaz de valorar a cada jugadora", declaró Saurí.

Montoro también apuntó a este trabajo previo para minimizar riesgos. "Son fundamentales un buen programa de preparación física personalizado para cada jugadora, un diagnóstico adecuado de las lesiones con una readaptación bien ejecutada y un control sobre la nutrición", dijo.

La galena del Levante explicó que también influye la diferencia de recursos económicos entre el fútbol femenino y masculino ya desde la base.

"Encontramos niñas que no tienen buena técnica de carrera o poca coordinación neuromuscular y programas de preparación física inadecuados, aunque, afortunadamente, está tendencia está cambiando", explicó Montoro.

Saurí agregó que el riesgo de recaída tras la ruptura del LCA es más alto antes de los dos años que después, aunque en este caso no hay diferencia hombres y mujeres, mientras que la médico del Levante Femenino insistió en que la falta de recursos también puede incidir en estos casos.

"Las mujeres tienen una mayor de probabilidad de recaída que los hombres, sobre todo en el primer año tras la cirugía. La rotura del cruzado es la lesión más frecuente de ese ligamento", apuntó.

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