El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, se mostró este lunes contrario a suspender partidos de fútbol si los ultras corean lemas ofensivos pues, de este modo, consideró, se les concede la capacidad de extorsionar e influir en la competición.
"Es muy complicado el tema de la suspensión de partidos en caso de cánticos ofensivos. Corremos el riesgo de poner el destino de muchos en manos de pocos", apuntó tras mantener un encuentro en Roma con el Observatorio Nacional para las manifestaciones deportivas.
El líder ultraderechista subrayó que prefiere "prevenir y no dar poder de extorsión a un grupo minoritario" pues, de lo contrario, "es la rendición del Estado".
Sus palabras se producen después de los altercados del pasado 26 de diciembre en Milán, antes del partido Inter-Nápoles, con graves disturbios en las calles que acabaron con un aficionado muerto y varios heridos por arma blanca y con cánticos racistas desde las gradas.
En cualquier caso, defendió que el fútbol es "afortunadamente un deporte más sano" e ilustró los datos del Observatorio: Entre el 30 de noviembre de 2017 y el mismo día de 2018 el número de aficionados heridos descendió un 60 % y el de los policías un 50 %, de 48 agentes a 24.
El número de denunciados cayó de 555 a 316, los arrestados de 50 a 10 y las personas sobre las que pesa una prohibición de acceso a los estadios por mala conducta son menos, unas 6.500.
"Invito a no confundir el 99 % de los aficionados de bien con los delincuentes, porque quien va al estadio con cuchillos, navajas, machetes o bates de béisbol no es un aficionado, sino un delincuente", sostuvo el ministro.
"El fútbol no es delincuencia, sino que es alegría, deporte, pasión, afición, educación y una oportunidad para miles de jóvenes. Haremos todo lo posible para que el calcio sea del 99 % de personas de bien", añadió.
El subsecretario para la Presidencia del Gobierno, Giancarlo Giorgetti, con competencias en Deporte, enumeró una serie de propuestas operativas para contrarrestar la violencia en el fútbol.
Por un lado, el Estado deberá simplificar el trámite para juzgar a los ultras violentos, estudiar la posibilidad de introducir agravantes en las penas relacionadas con los disturbios deportivos e impulsar un protocolo operativo común para las fuerzas del orden.
Por otro, propuso que los clubes acuerden el horario de los partidos con las autoridades que se encarguen de la seguridad pública y luchar contra la infiltración de la criminalidad organizada en las hinchadas de los equipos.
Salvini avanzó un proyecto de ley para permitir que los clubes puedan construir estadios propios, pues la mayoría juegan en municipales, expresó su preferencia por partidos "a la luz del día", avanzar en la uniformidad de las sanciones en toda Italia y rechazó prohibir la exposición de carteles.