El futbolista internacional danés Nicklas Bendtner se unió este lunes a los entrenamientos de su equipo, el Rosenborg noruego, tras cumplir una condena de cincuenta días por romperle la mandíbula a un taxista en septiembre en Copenhague.
El tribunal danés que lo condenó el pasado otoño le permitió no pisar la cárcel y llevar una tobillera electrónica bajo control penitenciario en su casa en Copenhague durante el tiempo de duración de la pena.
La sentencia consideró probado que el exdelantero de Arsenal, Juventus y Wolfsburgo y su novia, que discutían de forma acalorada, montaron en un taxi y lo dejaron minutos después sin pagar tras una disputa sobre el recorrido con el conductor.
El taxista fue en busca de ellos y arrojó una lata en dirección al jugador, aunque no lo alcanzó; intercambiaron insultos y Bendtner lo tiró al suelo de un puñetazo y le dio una patada, según muestran las imágenes captadas por cámaras de seguridad de la zona.
La condena impidió al jugador, que se ha estado entrenando por su cuenta con un preparador físico personal, participar en la concentración de su equipo en Portugal, de cara al inicio de la liga noruega el último fin de semana de marzo.
Bendtner acumula un amplio historial de escándalos, sobre todo por su vida nocturna, que incluyen por ejemplo una condena en 2013 que le supuso la retirada del carné tres años por conducir borracho en Copenhague.
Bendtner, que suma 30 goles en 81 partidos con Dinamarca, fue durante años el delantero centro de referencia de la "Dinamita roja" y disputó con ella el Mundial 2010 y la Eurocopa 2012.
Tras su resurrección en el Rosenborg, volvió de nuevo a las convocatorias y parecía un fijo en la lista para Rusia 2018, pero una lesión en la concentración lo dejó fuera y, desde entonces, no ha vuelto a ser convocado y su futuro en la selección es incierto.