Iker Muniain, una de las principales novedades en la lista de convocados por Luis Enrique Martínez para los partidos frente a Noruega y Malta, regresa a la selección española siete años después de su debut en plena madurez deportiva con el Athletic Club y tras una década en la élite, a pesar de su juventud (26 años).
El 29 de febrero de 2012 el navarro disputó su primer y hasta ahora único encuentro como internacional absoluto. A las órdenes de Vicente del Bosque, y con solo 19 años, Muniain se estrenó en un amistoso ante Venezuela disputado en La Rosaleda jugando el último cuarto de hora como relevo de Cesc Fábregas.
En esa época el joven Muniain era una de las sensaciones de aquel Athletic de Marcelo Bielsa que acabaría alcanzando unos meses más tarde las finales de la Liga Europa y de la Copa del Rey con partidos inolvidables como el de Old Trafford, en el que el pequeño delantero fue uno de los grandes protagonistas.
El primer gran obstáculo de su carrera llegó en abril de 2015 con una grave lesión de rodilla en el Sánchez Pizjuán que le mantuvo ocho meses fuera de los terrenos de juego y le impidió participar en el título de la Supercopa conquistado por el Athletic en agosto de ese año.
Muniain reapareció en diciembre y después de alcanzar los 300 partidos oficiales como león con tan solo 24 años un nuevo contratiempo físico volvió a frenar su progresión.
En septiembre de 2017 de nuevo otra grave lesión de rodilla, esta vez la izquierda, en un partido europeo en San Mamés puso otra vez a prueba la capacidad de superación del atacante.
La recuperación esta vez fue mejor de lo esperado y 193 días después, el 9 de abril de 2018, Muniain volvía a sentirse futbolista en Villarreal marcando uno de los goles del triunfo rojiblanco en el Estadio de La Cerámica en el apenas un cuarto de hora que estuvo sobre el césped.
Fue el regreso de un Muniain más maduro, tanto personal como futbolísticamente, que sin quizás la frescura y el desparpajo de aquel adolescente que debutó en la elite con 16 años, 7 meses y 11 días sigue conservando su habilidad y atrevimiento con la pelota que le convierten en un jugador diferente.
Esta temporada, primero con Eduardo Berizzo y ahora con Gaizka Garitano, se ha desempeñado tanto en la banda izquierda como en la media punta, donde ha ofrecido sus mejores momentos evidenciando su buena química con su compañero y amigo Iñaki Williams.
Ha recuperado además su olfato goleador y en lo que va de curso suma ya seis goles, a uno de su mejor marca, casi todos ellos marcados dentro del área pequeña.