El centrocampista uruguayo del Arsenal, Lucas Torreira dejaba una de las imágenes más destacadas de la final de la Europa League entre Chelsea y Arsenal.
El futbolista fue sustituido por Unai Emery con el 3-0 en el marcador y se marchaba entre lágrimas del campo. Unas lágrimas que no cesaron una vez sentado en el banquillo del Estadio Olímpico de Bakú.
El técnico español movía su banquillo tras el tercer tanto del Chelsea y decidía introducir a Iwobi y Guendouzi por el propio Torreira y el español Nacho Monreal.
Torreira dejaba en la capital de Azerbaiyán una imagen que reflejaba a la perfección el sentir de todos los aficionados 'gunner' que contaba con el sueño de conquistar su primer trofeo de la Europa League.