De Inglaterra a Ponferrada: el aficionado que viaja 2.000 kilómetros para seguir a la Ponferradina

La afición que cada seguidor del fútbol siente por su equipo no se puede explicar racionalmente. El ser de un club u otro puede venir motivado por el lugar de nacimiento, de residencia, tradición familiar, un recuerdo imborrable... Para muestra, el ejemplo de Chris Pidgeon, un ciudadano británico que vibra cada fin de semana con su Sociedad Deportiva Ponferradina.

El equipo berciano se encuentra en plena pelea para lograr un puesto la próxima temporada en LaLiga 1|2|3, al clasificarse para la final del play off de ascenso. Allí se enfrentarán al Hércules, otro equipo histórico que quiere regresar a la categoría de plata y que no lo pondrá nada fácil.

Sin embargo, la dificultad es algo con lo que tiene que lidiar Chris Pidgeon cada vez que quiere disfrutar de un partido de su 'Ponfe'. El fan reside en York, una ciudad que está situada al noreste de Inglaterra, a más de 2.000 kilómetros de Ponferrada.

En una entrevista para As, Pidgeon ha contado cómo conoció la ciudad mientras realizaba el Camino de Santiago en 2011. Allí ya conoció el estadio, El Toralín, pero no sería hasta 2014 cuando presenció su primer partido en directo. Suele unirse a la peña 'Elegancia Blanquiazul' y en su cuenta de Twitter da buena cuenta de su pasión por el equipo castellano-leonés.

El secreto de su pasión por la Ponferradina está en sus raíces: "La afición de la Ponferradina tiene un sentimiento de orgullo por su equipo y su región muy importante y siempre lo demuestran en su estadio. En eso me recuerdan a las aficiones inglesas".

En este play off, Chris Pidgeon ya pudo disfrutar con la victoria de su equipo en Cartagena que acercó el pase a esta ronda final. Mientras, su familia intenta entender esta pasión. Sus hijas ya cantan en la ducha 'Ponfe Blue' o 'Yuri, Yuri', por la veterana estrella brasileña del equipo blanquiazul.

Ahora ya sólo quedan dos partidos por delante para volver a acceder a la segunda categoría del fútbol español tres años después. Mientras, Chris se las ingenia para poder asistir a una eliminatoria que, para bien o para mal, nunca olvidará.